Something {Park Chanyeol}

II

El cielo estaba completamente nublado. Oscurecía más deprisa a causa del cambio de horario.
Las personas se cubrían con guantes y gorros de lana mientras Chanyeol se protegía de los fuertes vientos bajo su suéter de color gris, su suéter favorito.
Él caminaba rumbo al ascensor de la escuela para descender desde el cuarto piso hasta la planta principal, pues le daba mucha flojera bajar por las escaleras. Las puertas automáticas estaban a punto de cerrarse cuando una mano los detubo.

Junto a él se paró aquella chica de cabello largo que había robado todas sus miradas desde días atrás.

Chanyeol se aproximó a oprimir el botón con las iniciales PP, y mientras el ascensor bajaba sus manos jugaban nerviosas. Hasta que decidió hablar.

-Hola

Se giró para mirarla de frente, pero cuando sus ojos se encontraron vio como lágrimas se resbalaban por sus mejillas. Su sonrisa desapareció cambiando a una mueca de preocupación.

-¿Te encuentras bien?

Se aproximó unos pasos a ella.

-Si, no te preocupes

Su tierna voz era un frágil susurro que aceleró el corazón del más alto. Miró como ella deslizaba su mano por sus mejillas.

-¿Por qué lloras? Sé que a veces la preparatoria es dura pero no es para tanto.

Logró escuchar su adorable risa. Pum pum, pumpumpumpum.

-No es eso... Solo... Acabo de terminar de leer un libro que tenía un final muy triste.

Entonces pudo notar el libro entreabierto que sostenía con la punta de los dedos. Era pequeño, de cubierta gruesa y con un sin número de páginas.

-Vaya ¿cuánto tardaste en leer esa bestia?

-Creo que... dos días

La boca de Chanyeol se abrió ante el asombro, algo que a ella le pareció gracioso.
En ese mometo se aproximó a detener el elevador un piso antes que el chico.

-Aquí me bajo, debo regresar el libro a la biblioteca y tal vez tomar uno nuevo

-Suerte con eso, y no te excedas con la cantidad de páginas.

Ella se despidió agitando su mano.

-Adiós

Y sin previo aviso, ella se dio cuenta de cómo sus lágrimas fueron reemplazadas por una sonrisa; viendo a aquel alto -demasiado alto- chico desaparecía tras las puertas del ascensor.