Seis

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CAPITULO EDITADO

- Y dime Lis, ¿que estabas haciendo en el parque tu sola y a estas horas? -me extrañó tanto que aquel pequeño apodo por el cual solo me llamaban papá, Brad y Megan; Lis, saliera de sus labios, era raro, ya que creo recordar que papá me lo había dicho una sola vez en la cena y no pensé que Jack pusiera atención a nuestra conversación.

- Solo quería encontrar tabaco, necesitaba relajarme un rato y fumar es lo único que lo consigue.

- Chica mala, me gusta.
Aunque viniendo de ti que eres la niñita de papi no me lo esperaba.

- No soy una niña de papi.

Jack solo río y negó con la cabeza. Mi comentario había sonado más infantil que en mi cabeza y me abofeteé mentalmente por haber dicho aquello.

Íbamos en completo silencio hasta que la entrada de mi casa apareció ante nuestros ojos.

Al llegar, toqué el timbre porque yo tan despistada como siempre me había dejado las llaves dentro, realmente no sabía en que parte las había dejado, supongo que en algún rincón de mi habitación o simplemente tiradas encima de algún sofá. Sólo esperaba que papá no me regañara, o me diera la lata con que ya tenía una edad para madurar y prepararme para cuando me independizara, que seguramente no sería dentro de mucho, que debería de ir organizandome mejor y bla bla bla. Siempre era lo mismo, como un disco que se había quedado rayado o como un gif, pero con sonido.

Por el contrario, nadie abrió la dichosa puerta y estaba empezando a desesperarme.

- Mis padres me comentaron algo de que hoy saldrían a cenar con los tuyos. -Jack me miró con una sonrisa.- ¿A caso no te han dicho nada?

Y como siempre Jack no podía mantener su maldita bocaza cerrada por unos instantes.

- No. -No lo miré, la vergüenza y la rabia que en ese momento sentía era de lo peor.

- Wow, cuanto te tienen en cuenta en tu familia, Evans.

Y otra vez abriendo esa maldita bocaza suya, me límite a rodar los ojos cosa que hizo que gruñera, el tono que habia utilizado era burlón y eso me hacía sentirme incómoda y nerviosa.

- Sí que lo hacen, se les olvidaría decirme.

Jack no dijo nada por un momento, sólo me miraba con una sonrisa arrogante como si fuese superior a mi, cosa que me ponía histerica.

Su mirada era penetrante y me intimidaba. Saqué valor de donde no tenía y lo enfrente, ahora esto se había convertido en una batalla de miradas.
Marrón contra azul. Azul contra marrón.

Y Jack ganó.

- Deja de jugar a las miraditas conmigo y dime, pequeña Evans, ¿Qué harás ahora? Puedes venir a casa si quieres. - Los nervios y la incomodidad se podían palpar en el ambiente, estaba demasiado nerviosa y la mirada de Jack sobre mi no ayudaba.

- Supongo que no me queda otra que ir a tu casa Johnson.

- Buena elección Evans -Jack soltó una carcajada y dió media vuelta para seguir caminando hacia su casa.

Por un momento me quede en mi sitio, realmente las palabras de Jack me habían hecho pensar si de verdad mis padres me tomaban en cuenta o simplemente era un estorbo para ellos. La relación con mi madre no ha sido nunca del todo agradable, es más creo que ella simplemente me odia por haber nacido, pero en cambio mi padre siempre ha estado ahí para mi, siempre ha sido amable y cariñoso conmigo.

El silbido de Jack me sacó de mis pensamientos captando mi atención hacia el.

- ¿Piensas quedarte toda la noche ahí parada o vendrás a casa? -Y con esa frase y la frialdad con que la dijo, me dejo claro que esta situación no era su favorita y menos mi compañía.

- Ya voy. -Mi voz sonó quebrada y creo que Jack lo notó ya que giro su mirada hacia mi, pero al segundo volvió a emprender su camino hacia su casa, esta vez conmigo siguiéndole.

-  Puedes poner la tele si quieres, yo me voy a mi cuarto. Mañana tendré problemas con Laila ¿sabes?, por hacer mi buena obra del día contigo esta noche me he quedado sin un buen polvo.  -Me miró con frustración y desapareció por las escaleras, dejándome sola en el comedor.

Yo solo pude pronunciar un pequeño susurro diciendo lo siento, pero creo que no fue lo suficiente fuerte para que él lo escuchara. Me quedé parada como tonta y mas roja que un tomate durante unos minutos, en los que me debatí entre si encender la televisión o simplemente quedarme sentada en el sofá. Finalmente opté por ponerme MTV, pero mi cansancio ganó y me quedé durmiendo.

In The Dark | jack jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora