Capítulo 8: Otro Nuevo Día.

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-Fue un camino corto el que recorrí antes de llegar a los dormitorios de visitantes, me había dado cuenta que de regreso el tiempo se había alterado de manera en que fue más rápido volver pero muy largo el tramo que recorrí, justo como el camino que existía en mi pueblo este también tenía su dimensión de tiempo y espacio. Cada vez muchas más cosas coincidían, y yo seguía sin saber cómo pensar.
Hace un momento cuando llegue ya había anochecido por lo tanto como me dije traté de descansar pero me fue imposible, tantas cosas me sucumbían por dentro, recibí tanta información que aún no entiendo cómo procesar, todo éste lugar esta tan fuera de mi realidad, bueno, algunas cosas ya estaban, sólo que antes no las percibía tan diferentes como ahora. De todo lo que conocí hoy por lo menos se que hay una salida, peligrosa pero puedo planear meticulosamente mi huida de este mundo, tengo conocimiento en bosques, fácilmente podría regresar a mi mundo y buscar a mi madre para así desaparecer junto a ella sin dejar pista de mi paradero, no quisiera terminar aquí de nuevo. Lo bueno de que aún es de noche es que puedo ir y nadie me vería, sería un plan perfecto aunque algo precipitado, quizá mejor la noche de mañana. -Se sentó en el estante que está frente a la ventana para apreciar las pocas estrellas que sé podían ver ya que habían varias nubes en el cielo que le impedían apreciar aquella vista con más esplendor. -Ojalá mañana todo esto fuera un sueño y pueda despertar en mi propio cuarto en mi hogar.. -Cerró los ojos del cansancio que tenía, tanto así era que quedó dormida enseguida.

~Sueños~

-Había una densa niebla por todas partes, no se podía ver nada más que la figura de un mujer joven huyendo a través de un bosque, aquella sombra femenina llevaba una capa larga que le cubría el rostro, a pesar de parecer muy pesado lo que llevaba puesto, aquella capa no parecía ser un problema ya que la joven mujer corría muy fácilmente, incluso daba saltos muy altos.
En medio de eso Ezey se encontraba lejos, viendo lo que ocurría, podía apreciar como de entre la oscuridad de los árboles la seguían unas sombras con forma semi-humana y unos ojos rojos tan brillantes que era lo que hacía de su visualización más sencilla, al verlos Ezey quedó paralizada por el miedo ya que de alguna forma aunque no la siguieran a ella podía sentir el pánico que seguro estaba sintiendo la otra chica, temiendo por la vida de la chica Ezey trataba de hacer algo pero era imposible, el terror la había paralizado. -Debo hacer algo, debo ayudarla, no debo estar asustada, si no me muevo no podría huir yo en caso de que comenzarán a seguirme a mi igual, si quiero defenderme a mi y a ella debo tener la voluntad de moverme en este momento, ¿O no es así?, seré fuerte, debo serlo..! -Al momento de decirse lo último una potente luz se iluminó a lo lejos, la mujer que corría había hecho explotar un árbol con su mano de forma en que este literalmente había comenzado a consumirse en llamas tan instantáneamente, las cuales claramente habían alcanzado a quemar a algunas de las criaturas que seguían a aquella mujer, para entonces ella había desaparecido entre el humo, todo era más gris ahora ya que la niebla y el humo hicieron una cortina cegadora de todo lo que había alrededor.
De repente todo se volvió blanco cómo si todo estuviera cubierto de nieve, era un color tan puro el que se veía que no se distinguía ni un otro color en lo que iba tomando forma de un inmenso bosque blanco, desde la distancia sé podía ver otra vez la misma mujer que había estado siendo perseguida, aunque ahora cargando un bulto envuelto en cobijas entre sus brazos, está caminaba tranquilamente cuando noto a Ezey, los ojos de ambas se encontraron por unos instantes, aquella mirada tan familiar reflejaba miedo pero también una determinación envuelta en congeladas lágrimas que se apreciaban en sus frías pestañas, la joven mujer no mantuvo mucho tiempo la vista en Ezey, simplemente abrazo firmemente el bulto y comenzó a huir de nuevo hasta desaparecer. -Espera.. quiero ayudarte!. -Grito Ezey pero no funcionó, ella no regresó, así que en ese momento Ezey comenzó a correr de la misma manera tras la mujer más después de unos pasos un hueco se abrió bajo sus pies haciéndola caer en una dimensión oscura.

La Hija del Sol y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora