Capítulo 8: "Un nuevo día"

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Calor.

Si creo que es calor lo que hay en mi cara.

Despegué cuidadosamente un ojo, y la luz me dio de lleno en el mismo, obligándome a cerrarlo y apretar mi rostro contra la almohada.

Maldita sea... No quiero ir al instituto.

Suspiré. Lentamente separé mi cara de la suavidad de las sabanas. No quería ver a Matt hoy...

Espera un segundo. Este no es mi cuarto. Y mierda que yo no tengo alas en mi espalda, Sherlock.

Mire a mi alrededor. Morfeo poco a poco abandonando mi mente.

Oh mierda... No era un sueño inducido por el vodka.

Salte de la cama y me tambalee hasta aterrizar nuevamente en ella debido al peso de mis recién adquiridas extensiones desplumadas.

Nuevamente. Mierda.

_Damaris? Estas despierta? _escuche la voz de Nicole desde mi puerta.

_Si! Yo... Emm... Solo necesito un minuto para... _tartamudee.

_No puedes levantarte. Verdad? _me interrumpió acercándose a mí con la compresión en su rostro.

Negué.

Con un suspiro tomo mis manos y jaló hasta q estuve de pie. Una vez erguida, tomó mis hombros y me estabilizó_ Te tomará un tiempo acostumbrarte.

_Esto es tan extraño... Siento como si aún estuviera dormida.

_Los primeros días son así. Llevo aquí dos meses y aún hay momentos en los que me pregunto si no me habré golpeado la cabeza con mucha fuerza _afirmo dirigiéndose hacia mi armario_ Las nefilims de tu casa debemos ayudarte la primera semana a vestirte y los chicos harán su parte también _continuó_ ah, y si planeas tomar una ducha. Yo te diría que esperes a que prepare la tina para ti.

_Por qué no puedo tomar una ducha? _pregunte extrañada.

Nicole sacudió su cabellos castaño y hurgó entre las prendas_ porque tus alas pesarán una tonelada y te caerás. Hasta que aprendas a ocultarlas dentro de ti, tomaras baños. Los nefilims ocultan sus alas cuando se duchan, nadan o les molestan en espacios cerrados. Pero como el nido fue construido para nosotros, no es un gran problema. Los pocos que visitan el mundo humano; como los buscadores, también deben asegurarse de que los humanos no los vean con sus alas.

Asentí asimilando la información_ Cuando podré ocultarlas?

Ella tomó un vestido blanco sencillo. El largo llegaba a las rodillas; era estrecho en la cintura, y no tenía mangas. La espalda estaba al descubierto, por lo que mis alas no tendrían dificultades para moverse.

Mis alas... nunca me hubiera imaginado que algún día tendría que pensar algo así.

_En poco tiempo te enseñarán como esconderlas _respondió vagamente Nicole al tiempo que retiraba una pelusa del vestido_ Iré a prepararte la tina.





Una vez rodeada de agua me concentré en la mis nuevas extremidades.

Estas estaban fuera de la tina, gracias a dos curvas que poseía esta, que hacían de gancho para las alas, de modo que estas no hicieran contacto con el agua.

Poco a poco me estaba acostumbrando al peso de las mismas. Intenté moverlas, pero se sintió como si intentara utilizar un brazo dormido. Los nuevos músculos se encontraban tensos debido a la falta de uso.

Sin embargo, note que las alas no eran el único cambio en mi cuerpo.

Esto se siente como una nueva pubertad. Pensé.

No soy un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora