Profundo

¡No existen finales felices! ¿O si?

¿Quieres la respuesta?, ¿Quieres saber que nos pasó a mi y a la chica luego? Depende de vos.

Mil veces me abre caído en esta vida y lo admito, seguramente lo sabes, es cierto que quise bajarme del tren, y más de una vez, pero por suerte aprendí la lección a tiempo.

Puede que te suene estúpido, es normal, los mensajes optimistas a menudo son tachados de estúpidos por el hecho de que parecen ilógicos, actos de simple fe, cuentos de hadas.

Pero yo puedo asegurarlo, vale la pena aguantar un poco más, aunque sea duro puedo asegurar que para algo estamos aquí, tan solo hay que hallar el porqué, ese objetivo que te ayuda a levantarte todos los días y a hacer un esfuerzo extra por ser mejor, a sonreirle a la vida que en tantas ocasiones puede ser una hija de puta, pues ¿que sentido tiene darle la razón?. Nunca pierdas la fe en ti mismo, o en ti misma y dalo todo por aquello que creas correcto, ese es mi simple mensaje, narrado a través de mi historia (todo es metafórico obviamente, aun no hablo con serpientes marinas gigantes, aun...). En cuanto al final, pues no tiene, inventatelo tú, puede ser que ambos sean felices hasta la muerte, o puede que el chico muera en un trágico accidente, quien sabe, lo dejo a tu elección.

En fin, no me queda más que agradecer a esa persona a la cual considero que su felicidad es mi objetivo en esta vida, Magdalena Sosa, amor, ¡feliz cumpleaños!