Cualquier Cosa

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Esa semana, calurosa pasó demasiado rápido para ambos. Y debíamos regresar.
El problema de Juan estaba solucionado, no presentaría cargos y nos dejaría en paz a ambos. Era un logro que no hubiera represalias.
Esa semana estuvimos saliendo a conocer el pueblo, a comer en sus locales típicos, a tomar una que otra cerveza y a perdernos por horas.
Llegábamos agotados a la ducha y a dormir.
...

Y por fin llego el día, deberíamos de regresar, y arreglar lo que podía ser arreglado. Ya que perdernos por semanas de amigos, escuela, trabajo, deberes y más no era para nada socialmente aceptable.
...
El autobús salía de aquel lugar irreal, a las 11am del siguiente día. Esa noche parecía demasiado rápida, demasiado triste, tan falta de esa locura que habíamos tenido los últimos días..
Max comenzó a hablar.
-muchas cosas cambiarán en cuanto regresemos a la cuidad, lo sabes?
-lo imagino, y le temo.
-tu y yo estaremos juntos eso no lo puedo ni dudar mi amor.
-¿Lo estaremos?.
- por favor.. Lo dudas?!
Esa última pregunta estuvo acompañada de un grito y una mirada agresiva.
-solo pienso que al regresar, nuestras vidas probablemente regresen también. Yo no estaba en ella. Y pienso que puedo no encajar a tu lado.
-cállate!!! Te busqué tanto tiempo. Ahora solo importa que tu quieras estar conmigo, tanto como yo quiero estar a tu lado.
- lo quiero.
Eso fue suficiente para que un arsenal de besos fueran liberados. No besos cualquiera, besos llenos de pasión, de amor, y en un momento se tornaron de lujuria.
...
La lengua de mi amante trataba de entrar mas profundo en mi boca. Mis labios terminaban donde comenzaban los de el. Esa noche no pasó nada, solo nuestros labios ardieron al pasar demasiado besándonos. Pero al parecer ninguno planeaba separarse.
La pasión le ganaba con mucha ventaja a la lujuria.
<Dormimos>

Amaneció con frío, también tenía su lado bueno. Despertamos muy cerca, nuestros cuerpos buscaban calor y tal parece que se acoplaron por la madrugada, el brazo de Max pasaba por mi abdomen y el mio por debajo de la nuca de mi héroe.

Abrigados, esperando y temiendo lo mejor, salimos de regreso, Daniel nos despidió, no sin la típica amenaza de ir a la cuidad a visitarnos y a quedarse tantos días como nosotros pasamos con ella.
Esa misma mañana por fin conocí al novio, un chico mayor que ella pero demasiado inmaduro, de barba, músico sin futuro, fanfarron. Escuché que le mencionó a Max sobre un bar en la capital donde tocaría con su banda, y si, estaba invitando a mi novio.. Algunos pensamientos es mejor reservarlos para uno mismo, son más saludables así, me pareció que a Diego, le gustaba mas mi novio que su novia.

El autobús giraba una cuadra antes de llegar. Max dijo que un amigo, (Hilai) le llevaría el auto a la central camionera y que solo tendríamos que ir a dejarlo, y haríamos algo, solo me limité a decir "esta bien".

Su amigo llegó por media hora tarde. Yo estaba a punto de irme. Nunca me gusta esperar. Pero estaba con Max que era lo que me mantenía como tonto aguardando.

Hilai: de unos 25 años, alto, delgado, ojos gris, un tanto trabajado por el gym, lo peculiar en el, era su sentido del humor, un tanto ácido, sucio, (boca suelta). Buen sujeto.
Maximiliano se limito a contar partes de la historia, lo dejamos en su casa, y le dije que tenía que bañarme, e ir a ver a unos compañeros de la universidad para ponerme al corriente de todo lo perdido por esas semanas. Max dijo que el me llevaría...

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2015 ⏰

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