CAPÍTULO 3

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Un nuevo comienzo

―Dara por favor no me hagas daño, mírame, estoy bien no me estoy convirtiendo en esas cosas yo...

— ¡Cállate! no te quiero escuchar, ya lo había visto antes, primero están bien y luego de unas horas comienzan a atacar, ¿por qué tú serias diferente?

―No, yo no digo que soy diferente solo que no me mates por favor—tengo mucho miedo

—Si no lo hago yo el virus lo hará por mí, y la verdad prefiero hacerlo yo, así sería uno menos en el mundo

Ella no deja de apuntarme, y siento que en cualquier momento me disparará, tengo que hacer algo rápido.

― ¿Cuánto tiempo?— le pregunté

― ¿Cuánto tiempo qué?

— ¿En cuánto tiempo se convierten las personas?

―No lo sé exactamente, pero por lo que yo he visto es alrededor de un par de horas

—Por favor espera media hora, contando el tiempo que ya ha pasado, y si me convierto... entonces puedes matarme, no tienes nada que perder—trate de ganarme tiempo

Ella me mira con un gesto de duda, es obvio que no está segura, mientras tanto yo prácticamente estoy temblando, y no puedo imaginarme el convertirme en un zombie, me siento muy nerviosa, ni siquiera sé qué me va a pasar.

―Está bien, pero retrocede y siéntate en esa silla— le obedecí, no quiero morir.

Aunque seguramente el virus me matará tal como ella dijo, pero no siento ningún cambio excepto todos esos dolores y hormigueos que no paran, ¿serán esos los síntomas de la transformación? no, yo ya tenía todos esas molestias desde antes que me mordieran, mire a Dara, está sentada en una silla frente a mi como a dos metros de distancia y apuntándome fijamente con su arma.

― ¿Cómo sabes esto de las transformaciones?— le pregunte, una por que tengo curiosidad, y otra para que vea que aún estoy consciente.

―Porque yo las he visto, a algunos de mis amigos les paso, y no pudimos hacer nada más que asesinarlos—eso suena muy cruel, matar a tus amigos debe ser muy difícil aun siendo zombies.

― ¿Y dónde están tus otros amigos?

—Fueron devorados, ahora todos murieron, y me quede sola—dijo con tristeza

Fue ahí cuando supe porque me había ayudado, ella se vio reflejada en mí, en cierta forma, pues ambas estamos solas.

―Lo lamento mucho, yo sé lo que se siente estar sola— luego ella sonrió de una forma muy amistosa, pero todavía me apunta con su arma.

Hay mucho silencio entre nosotras, pero abajo se escucha el andar de los zombies, y los golpes en las puertas de que tratan de entrar algunos a la casa, pero no creo que puedan entrar.

Después de varios minutos, Dara me ordeno que me levante, pues se supone que ya ha pasado el tiempo para transformarme.

―No lo entiendo, ¿por qué no te has transformado todavía?— me mira con mucha curiosidad.

―No lo sé, pero por favor no me hagas daño—ella me dio la espalda y empezó a guardarse algunas cosas del botiquín y las armas que había sacado.

― ¿Sabes qué? no tengo tiempo para esto, yo mejor me largo de aquí, esto es muy extraño ya deberías...

Luego hizo una pequeña pausa y se quedó pensativa.

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