Capítulo 7

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Se despierta como siempre, a las 7:00. Aún se siente cansada, pero esa noche no hubo pesadillas. Suele soñar cosas horribles, lo que le ha causado insomnio. Pero esa noche ha sido diferente.
Se levanta, y despacio, toma un baño y se viste. Hace un poco de frío, pero confía en que estará fresco. Se pone una falda hasta las rodillas de un color verde marino, y una camisa de flores.
Tocan el timbre, y baja a toda velocidad. Ve a una hermosa chica, cabello negro brillante, ojos miel y piel muy blanca. Tiene los labios y las mejillas rosadas, se nota que ha estado corriendo. Lleva unos Shorts y un suéter verde.

-¡Vanessa! ¿Cómo estás, guapa? - dice Isabella, con esa sonrisa tímida.
-¡Hola nena! Bien, ¿y tú? ¿Lista para nuestro día de compras?

Lo había olvidado. Quedó con Vanessa para comprar unas cosas en el mall.

- Ah, si. Lista.
-Bien, pues vámonos.

Caminan por las calles de la ciudad. Dos chicas abrazadas. A simple vista son opuestas. Una es muy guapa, con esos Shorts se ve su figura atlética, y las botas altas contribuyen a su estatura; la otra se ve más aniñada, cara dulce, y esa falda la hace ver como una princesita. Aún así, son verdaderas amigas.
Pasan por varias tiendas, Vanessa se emociona en cada una, se mide prendas, e Isabella solo la observa.
Se divierte con esa chica, puede que sean muy distintas, pero ella estuvo cuando su desgracia ocurrió. La ayudó a salir del trance causado por la muerte de Ángel. Y se lo agradece.
Isabella no nota que su amiga ya ha terminado de comprar. Se sienta en una cafetería y le muestra prenda por prenda. Hasta que saca un bonito traje de baño de una pieza.

- Este es para ti, nena. Mi papá consiguió entradas al AcuaPark. Así que iremos mañana. ¿Que te parece?
- Ah, ¿en serio? - dice ella, sorprendida, pero su voz desciende - Pero no puedo aceptarlo, ya sabes... Yo, no me gusta salir.
- ¡Pero Isa! Se que has sufrido mucho. Y que tienes miedo. Pero ya es momento de volver a empezar. ¿Qué dices?

Isabella piensa en la promesa que se hizo a sí misma. «Está bien, todo va a mejorar».

- Bueno, está bien. Y... Gracias, de verdad.

A Vanessa le conmueve ver a su amiga. Es una chica muy fuerte. Ella estaba con Isabella cuando vieron la noticia de que un avión perdía el control y se estrellaba, sin remedio. Isabella estuvo muy mal por días. Incluso la encontró haciendo cortes en sus manos, asegurando que ya no quería vivir sin él.
Sin embargo, Vanessa cree que podrá lograr que su amiga vuelva a vivir.

Le sonríe y salen caminando, abrazadas, con la certeza de que es una amistad que jamás va a terminar.

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