Capítulo 11

22 1 0
                                    

Him~

Daniel se pasa toda la tarde estudiando, y leyendo un poco. Aprender no es problema para él, desde pequeño sus padres le inculcaron la importancia de la educación, pero sobre todo, la importancia de los sueños.
Piensa en Isabella, no la ha visto desde el día del incidente de la piscina. Se pregunta qué hubiera pasado si hubiese tenido que besarla. ¿Ella lo hubiera apartado? Eso lo destrozaría, por lo que se quita el pensamiento de la mente.
El reloj le recuerda su compromiso con Cris, así que sale pensativo de la casa.
Por todo el camino medita sobre lo que debería decirle. Él no quiere que ella se ilusione con él. Cris podría tener a cualquier chico que quisiera como novio, es muy bonita; sería muy mala suerte que se enamorara justo de él.
Cruza por la Calle 13, y la espera.

--

Cris se vistió de realmente bonita. A pesar de que sólo es una visita al parque para dialogar, luce como para una ocasión especial.
Casi está corriendo para llegar cuanto antes, dejando que el viento dirija su rojizo cabello.
Al llegar al lugar, se encuentra a Daniel esperándola.
Pone su mejor sonrisa para saludarlo.

-¡Hola, Dani! ¿Cómo estás? -dice, mientras lo abraza con fuerza.
- ¡Hola, Cris! -siente la presión del abrazo de su amiga, ella lo suelta y él continúa- Estoy bien, gracias. Te ves bien -le dice, aunque no le agrada demasiado el maquillaje que lleva puesto.
- Muchas gracias -dice, orgullosa.
- Por nada -hace una pausa, y respira, pensando en lo que va a decir- Eh, tenemos que hablar...
- Sí, continúa.
- ¿Recuerdas lo que me dijiste en tu habitación? Bien, tú sabes que mereces lo mejor, porque eres genial. Y eres digna de cualquier chico, el que sea ¿Entiendes? Pero he estado pensando en que... Quiero contarte algo.
- Bien, sólo hazlo -Cris siente el nudo en su garganta, apresurándose por saber sí son las palabras que teme- Puedes confiar en mí.
- Está bien -aclara la voz y sigue- conocí a una chica. Su nombre es Isabella. Es una buena chica, Cris. Y... Creo que... Me enamoré de ella.

Los ojos de Cris enrojecen rápido. Trata de disimular las lágrimas, aunque es casi imposible. Forma una sonrisa en sus labios, demostrándole que está feliz por él.

- Me alegro por ti, Daniel. Pero sobre todo me alegro por la chica. Es... Increíblemente afortunada -las últimas palabras brotando con amargura.
- Cris, no llores, por favor. No sabía que esto sería tan duro para ti. Lo... Lo lamento.
- Está bien. Estoy bien. Debí haber sabido que nunca tendría una oportunidad... -dice, débilmente - ¿Daniel?
- ¿Sí?
- ¿Podría... Podría darte un beso? Será como... El final de algo que nunca comenzó -dice, melancólica.
- Cris, lo siento. De verdad no puedo... -empieza a decir.

De súbito, Cris no espera más, y le da un dulce y corto beso en los labios. Aunque fue algo especial, para ella no era más que una despedida, porque sabía que las cosas nunca volverían a ser iguales entre los dos. Daniel apenas pudo moverse, mientras sentía por unos segundos los cálidos labios de su mejor amiga. Inmediatamente se sintió horrible. ¿Qué pensaría Isabella si se lo contara?

Para su sorpresa, no costaba imaginárselo, pues la chica -acompañada de Vanessa- contempló desde la otra esquina la escena los segundos suficientes para darse cuenta de lo sucedido.

Al advertir la presencia de Isabella, Daniel corre hacia ella, pero ésta ya está refugiada llorando entre los brazos de su amiga. Vanessa fulmina a Daniel con una mirada, advirtiéndole que se aleje, pero eso no le importa al muchacho, que ya está muy cerca.

- Isabella, yo... Hay una explicación -dice agitado.

Ella, se limpia el rostro, y las lágrimas. Daniel espera su reacción, pero para su sorpresa, ella está forzando su mejor sonrisa.

- Está bien, Daniel. No tienes que darme ninguna explicación. Perdona mi comportamiento -dice, con voz apacible- A fin de cuentas, no soy nada para ti, ni tú para mí ¿Verdad?

Esas últimas palabras hirieron justo en el alma a Daniel, y por el tono en que Isabella lo dijo, también ella debe de estar herida. Él quisiera gritarle cuánto la ama, que ella sí es alguien para él. Ella -últimamente- es todo para él. Pero es cobarde, y tonto, y no puede decírselo.

- Yo...
- No tienes que decir nada, Daniel. En serio. Estoy bien. Adiós, Daniel.

Pero ella no está para nada bien. Siente como si tuviera fuego en su interior. Creyó que la amaba. Pero en la vida uno siempre se equivoca.




Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hazlo con el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora