Prólogo

454 31 6
                                    

La gente siempre va a defender al indefenso. Aquello que le parece injusto, incorrecto e incluso amoral.


Los principales representantes de la humanidad han sido adultos ¿se han puesto a pensar en eso? Y es que ellos son los encargados de hacer que todo el mundo ande derecho. Pero ellos fueron y son ciegos, porque durante muchos años han olvidado a un grupo en especial que los ha estado necesitando con ansias: los adolescentes.


Los adolescentes son un grupo olvidado. Ellos sufren...más que nadie en el universo. Se debe aclarar que ellos son diversos y quizá ese sea el motivo por el cual los adultos no han podido entenderlos y han decidido usar las mismas reglas y castigos para todos los casos. Y es que ellos son soñadores, pesimistas, ilusionistas, realistas. Torpes, serios, etc. Hermosos por lo que son en su interior y no por lo que aparentan.


Los adultos siempre han estado en su contra, creyendo que todo lo que hacen es tonto y banal. Nunca supieron comprenderlos. Por otro lado los adolescentes son muy complicados, pero también, son una grata compañía una vez que se entiende su mundo y su visión.


El adulto trata de apagar los sueños del adolescente, sin importar cuánto daño le hace.


En las noches más silenciosas, donde la miel y las rosas no están presentes, el adolescente llora y abre sus ojos mirando al cielo, ya que esa es su única esperanza. Sus sueños están en las manos de seres más grandes, que tienen el control de su vida. Y al final del llanto, él se resigna. Al día siguiente, con los ánimos por el suelo, se encierra en ideas para que a cada pregunta recibida, encuentre una manera políticamente correcta de responder sin parecer un ser extraño de otro planeta. Porque todos los adolescentes son así, están en otro planeta, aguardando que un grano de esperanza vuelva a tocar su corazón.


Pero a pesar de todo, ellos emprenden un duro viaje en el cual en una parada deben decidir si van a seguir soñando y van a moverse para cumplir su anhelo, o, van dejar que el mundo (anteriormente aclarado; controlado por adultos) destruya sus ideales con prejuicios, burlas y castigos, para que se conviertan en personas neutras, con mente cuadrada.


La vida es bella, de eso no hay duda alguna. Pero es un largo periodo de descubrimiento que pocos alcanzan a conocer. El camino es largo y pedregoso, pero la vista al llegar a la meta es asombrosamente hermosa.


Afortunados aquellos pocos adolescentes que a pesar de su pasado agridulce, agrio o salado, viven el presente, toman todo fácil y sin preocupaciones. Ellos, increíblemente, están bañados en grasa y mantequilla, porque son felices y los comentarios y prejuicios del mundo en general, les resbala. Ellos son únicos y diferentes, como este libro.


Escasas son las historias de adolescentes que hacen su propia revolución, pisando fuerte y haciendo escuchar su voz. Pero siempre, en un país existirá alguien valiente. Como fue el caso de Elena, Fatma y Nina. Tres adolescentes de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.



Único & DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora