Por un pacto.

Capitulo 4.

Habían pasado ya seis años desde mi violación y estado tratando de borrar ese amargo recuerdo que vive dentro de mí como si hubiese sido ayer. A traves del tiempo le he contado muchas cosas a mi padre y el a jurado que buscaria la manera de matar esas personas pero le he dicho que no puede puesto que es mi venganza no la de el, luego de varios años descubri de forma accidental qur ml padre es uno de los mafiosos de toda italia y otros paises asi que le rogue practicamente para que el mismo me entrenara hacer una asesina aunque no es lo que el planeaba como un futuro para su bella flor como le decia. Pase varios años entrenando en zonas muy frias y a la vez muy calurosa sin contar que tuve que agudizar mi vista y mis oidos para comenzar a utilizar armas de todo los calibres y fortalecer mi cuerpo para cualquier enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Ahora tengo una nueva vida en Alemania he conocido a alguien muy especial me siento segura estando con él mi amado Leonaldo no he vuelto a saber nada de mi madre y tampoco quiero saber porque una persona como ella no merece mi perdón y creo que es lo único que no le he dicho a mi padre que ella es la culpable de todo lo que me a pasado. Me encuentro sentaba en el regazo de Leonaldo en un agradable silencio para nada incomodo.

—Creo que deberíamos pasar a la segunda etapa de nuestra relación— propuso mi amado¿La segunda etapa de nuestra relación? No me creo capaz de llegar hasta ahí. Aún no.

—Aun no creo que pueda, dame más tiempo.

—Siempre con lo mismo, ya no aguanto esto me muero por tocar tu piel.—comienzo a temblar, no puedo hacerlo tengo miedo. Siempre busco la manera de no llegar a ese nivel de nuestra relación.

Me levanto de su regazo y siento como el me toma del antebrazo para girarme de frente a él coloca una de sus manos en mi nuca y deposita un beso húmedo me tira a la cama y empieza acariciar todo mi cuello. Comienzo a disfrutar de sus besos y si caricias hasta que los recuerdos me invaden siento como las lagrimas se apoderan de mi y comienzan a brotar de mis ojos recorriendo mis mejillas.

—No me toque.—suplique en llantos.

—Déjate llevar.—dijo besando en uno de mis senos. Dejate llevar esas palabras me hicieron sentir peor lo agarre del cuello llena de rabia, dolor e ira. Lo empuje lejos de mi y este se callo pegado a la pared de la casa me pare rápido, levante mi pantalón y saque de mi tobillo mi beretta 92FS. Me acerque a y viendo como sus ojos se llenaban de pánico la coloque en su frente y dispare. Veo como la sangre corría por su cara ese que me hacia feliz y a la vez enojar, suelto el arma la cual cae al piso sonoramente ¿que estoy haciendo? Le pegue un tiro en la frente luego baje al segundo piso donde yacía la cocina y tome un filoso cuchillo y subí mas escaleras con la respiración entrecortada ver el cuerpo de mi amado Leonaldo totalmente inmóvil me hacia sentir eficaz me acerque a él amenazante este tenia la miraba perdida acerque mi alma blanca y poco a poco fui abriendo todo su estomago sonreía al hacer esto lo estoy disfrutando al máximo.

—Te dije que no me tocaras—gritaba al cuerpo ya sin vida de Leonaldo–mi querido novio te lo advertí no quería llegar a la segunda etapa de nuestra relación pero tú insistencia por llegar mira a lo que te ha llevado.

Comencé a cortarlo por parte desde sus manos hasta los pies como recordatorio saque sus ojos azules y los metí en un vaso con hielo. Baje las escaleras hasta la cochera y tome varios líquidos entre ellos gasolina comencé a regar toda la casa con todo lo que había llevado. Luego tome rocíe el cuerpo con gasolina para luego meterlo en una funda para basura y rocearla de nuevo para ponerla al inicio de la escalera. Me mire de arriba hacia abajo y estaba hecha un asco así que decidí tomar una ducha rápida para limpiar toda la sangre.

Me vestí con una de sus camiseta y comencé a bajar a la primera planta y cuando estuve en el ultimo escalón encendí un fosforo y se lo lance a la funda.

—Adios amado Leonald.

Corrí lo mas que pude hasta salir de la casa, entrar en mi auto y arrancar rumbo a casa de mi padre.

Me sentía triste por la muerte de mi amado pero al mismo tiempo excitada por mi primer asesinato.

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Llegue a casa de mi padre pasando por cada uno de los guardias que me observaban con lujurias y me hizo tener un poco de miedo puesto que en sus miradas veía cada uno de sus rostros de aquellos abusivos y de mi amado Leonaldo. Subí las escalera de tal imperiosa mansión llena de personas armadas hasta los dientes aparte de que teníamos seguridad a mas de 4 kilómetro de toda la propiedad. Entre a mi habitación quitándome la camiseta, camine hasta el cuarto de baño donde me quite las bragas y entre a la ducha abriendo el grifo que hacia que cada gota de agua llegara a mi cuerpo relajándome, lave mi cabello con el shampoo de fresas que tanto me encanta para luego salir de la ducha tomar una toalla envolverla en mi cuerpo para luego salir hacia mi habitación con el cabello chorreando agua. Me tire a la cama sin importarme que la cama se mojara y en menos de lo que canta un gallo quede sumergida en la oscuridad.

Estoy spostrada en un divan aterciopelado negro y frente a mi hay un hombre del cual no me puedo olvidar puesto que ya es mi dueño desde que naci.

-¿Que quieres de mi  ahora?

-Primero felicitarte por tu primer homicidio que por cierto lo tengo en un lugar muy especial para luego disfrutar torturándolo-lame sus labios al decirlo- y para decirte que te tengo un trabajo y te agrada porque es uno de los que te violo-al decirlo una lagrima solitaria resbala por mi mejilla, se acerca a mi y la limpia me estremezco por su tacto frió para luego ponerse en cuclillas frente a mi- su nombre es Pedro Sandoval esta en Martinica muy alejado de aquí así que tendrás que ir hacia allá y mandarme su alma a mi bello hogar osea debes matarlo ahora lo que no te gustara de todo esto es que de la única manera de acercarte a el sera haciéndote pasar por prostituta o lo que sea la cuestión es que tendrás que casimente acostarte con el.-antes de abrir la boca el me interrumpe- No se como lo harás ni como superaras tu estúpido trauma te daré 1 semana para que lo mates porque si no me lo envías vendré y durare una semana torturandote una y otra vez aun sea violandote así que decides.

Desaparece al igual que todo lo que esta en la habitación.

Me despierto sobresaltada y es porque se que todo lo que dijo es cierto y si no lo mato se que pasare la peor semana que podría tener en toda mi perra vida.

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Esperamos que les guste este capitulo.