1967-1972. El Abandono.

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1967-1972
En octubre de 1967, solo tres años después de su titubeante debut en Turín, Lamborghini se presentó en el Salón del Automóvil italiano con una serie extraordinaria. Por entonces, la gama de coches era realmente impresionante. Oficialmente, el 350 GT estaba disponible todavía, pero realmente estaba fuera de producción por aquel entonces. El dúo de oro formado por el 400 GT 2+2 Coupé y el Miura movilizó a los expertos del sector, atrayéndolos al stand de la joven empresa boloñesa que, de la noche a la mañana, se había convertido en la favorita de todas las revistas automovilísticas. La prestigiosa empresa de carrocería Touring también presentó una de sus creaciones en este evento, pero fue su canto de cisne: el original Flying Star, basado en el chasis con motor delantero del 400 GT.

Era el año 1967, y ahora Lamborghini podría mirar hacia el futuro con mucho más optimismo. La avalancha de pedidos para el Miura aportó mucha liquidez a las arcas de la empresa, pero sobre todo generó un interés y una publicidad incomparables. Al menos en esto, Lamborghini había dado en el clavo: un modelo como este estaba destinado a llegar con fuerza a las mentes y almas de todos los aficionados a los coches. Lamborghini se convirtió así en un nombre simbólico en el mundo del automovilismo, el emblema del exceso, del ir "más allá" cueste lo que cueste, de hacer siempre más y mejor que cualquier rival sin prejuicios de limitaciones convencionales. Esta configuración no impidió que numerosos aficionados compraran y apreciaran el 400 GT, un modelo serio y maduro para entonces, pero fue el Miura lo que le dio a la empresa un prestigio único.

Una vez más, el año parecía empezar de forma extraordinaria, y esta vez por una creación de Bertone y Gandini: un increíble cuatro plazas con un motor trasero montado transversalmente detrás del eje y dos sensacionales puertas de ala de gaviota. El concepto de puertas de apertura vertical apareció por primera vez en este exótico vehículo apodado el Marzal, y en el futuro se convertiría poco a poco en el rasgo distintivo de los Lamborghini de gama superior. El Marzal no estaba destinado a la producción. Esto no impidió que el Marzal se convirtiera en la estrella de muchos salones del automóvil y apareciera en las portadas de revistas internacionales. Además, el Marzal fue escogido por el Príncipe Rainiero de Mónaco, con la Princesa Grace a su lado, para abrir el Gran Premio de Montecarlo ese año. Una vez más, Ferruccio Lamborghini demostró tener un instinto excepcional para la publicidad.

Mientras que Dallara y Stanzani trabajaban para mejorar los coches en fase de producción con la ayuda del piloto de pruebas neozelandés Bob Wallace, Ferruccio, siempre lleno de ideas, se esforzaba en mostrar los nuevos modelos al mundo. No se trataba simplemente de vanidad: la presentación del Miura Roadster en el Salón del Automóvil de Bruselas de 1968 también ayudó a evaluar las reacciones del cliente ante la posibilidad de introducir un descapotable a la gama. Sin embargo, a pesar del entusiasmo inicial, este modelo recibió relativamente pocos pedidos y, como consecuencia, se quedó en la gloriosa fase del prototipo de exposición sin ninguna continuación de la producción. Otro acontecimiento importante fue la presentación del Islero GT en marzo del mismo año. Fue presentado oficialmente a la prensa el 16 de febrero de 1968 con un precio más bien elevado: 6.450.000 liras. Sin embargo, su motor de 300 CV y su interior cada vez más cómodo y con un mejor acabado lo convirtieron en un automóvil digno de su prestigioso nombre. Este era el GT que Lamborghini siempre había soñado, el sucesor natural del 400 GT que había salido de producción tras el cierre de la empresa de carrocería Touring. El Islero GT era un elegante e impresionante coupé 2+2 con la misma mecánica que el 400 que reemplazaba. Sin embargo, la clientela de Lamborghini se había acostumbrado a los toques elegantes del Miura y, como consecuencia, las ventas del Islero GT fueron algo discretas.

En cambio, le esperaba un resultado muy distinto con la otra novedad importante presentada en el stand de Lamborghini en el Salón del Automóvil de Ginebra de ese año. El Espada, inspirado en la línea del Marzal, era un modelo extraordinario de dos puertas con un motor delantero y cuatro asientos muy cómodos. Con una distancia entre ejes de 2650 mm, ostentaba un estilo completamente original y realmente innovador. Se convirtió en la máxima expresión del que probablemente fue el período de mayor éxito de Marcello Gandini en términos de creatividad. El Espada era absolutamente revolucionario y completamente nuevo y original, desde el equilibro de los dos volúmenes principales hasta la amplia luna trasera, que en realidad era la puerta del maletero, pasando por el gran capó plano que se abría como una sola unidad, la cintura baja y espigada, el paso de rueda de la parte trasera, que cubría parcialmente las ruedas, y los conductos de NACA del capó. Una vez más, los pedidos fueron innumerables y el nombre de Lamborghini en aquel momento estaba unido sólidamente al concepto que el Espada transmitía de forma convincente.

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