Capitulo 39

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Disfrútenlo.


No podía creer que había dormido tanto, cuando cayó dormida eran las cinco de la tarde, y al despertar eran las tres de la madrugada, faltaban solo dos minutos para las cuatro.

Se acomodo en la cama y se miró, no tenia las romanas con las que se había dormido, ni la ropa, estaba en ropa interior. Se incorporó e iba a quitarse el reloj que se había puedo, y los sarcillos, pero no los tenía. Sonrió pensado en su madre moviéndola para quitarle todo.

Tiró su cabeza en la almohada y dio una que otra vuelta. No podía dormir, había dormido demasiado ¿Era algo sano? no lo sabía.

Tomó aquel libro de amor histórico y encendió su lamparilla, esta vez sin ocultarse bajo la manta.

Dejo de leer emocionada, había arrojado el libro al leer aquella declaración de amor tan estrepitosa, no se lo podía creer.

-Pero.. ¿Qué le pasa? que cosa.-dijo tomando nuevamente el libro y acomodándose. Busco la pagina que se le había extraviado y escucho un sonido que hizo que votara el libro nueva vez del susto.

-Vecina...

-Bieber... acabas de darme el susto más grande de la vida.-tocó su pecho.

-Te envié cuatro mensajes desde el balcón, estabas tan concentrada que tuve que venir... ¿Qué lees?-se arrojo a la cama, tenia ropa de calle y unos vanz.

-Un libro. ¿Qué no estabas durmiendo?-el negó.

-Lee eso para mí.-ella se acomodo en el respaldo de la cama y él en su regazo.-He estado un poco liado, no sé qué me pasa... quizás necesito algo para olvidarme de los problemas...

-Bien... Leeré...

-Continua, te hablare de todo esto luego.

Ella no termino de leer las tres primeras páginas cuando él estaba completamente quieto y con sus ojos cerrados, respirando suavemente y abrazando su cintura.

No podía creer cuan suertuda era, por una parte, quizás era eso lo que necesitaban, ser amigos y luego así ella podría enamorarlo, las cosas que sentía por el no habían menguado, pero al parecer se estaban quedando dormidas por la falta de interés en ella, ya que cada vez que podía le recordaba con alguna frase o gesto de que eran solo amigos.

Cuando abrió los ojos lo hizo porque sintió que la miraban. Miró abajo y Justin seguía en la misma postura, uno de sus pies fuera de la cama, el otro flexionado, abrazándola por la cadera y ella pegada al cabezal de la cama, por la poco iluminación de sol supo que eran alrededor de las seis o siete de la mañana.

Le tocó el cabello a Justin y sonrió un poco y sintió nuevamente esos ojos. Giro la cabeza, su cuello dolía y cuando se topó con aquel par de ojos marrones claros abrió los suyas y casi grita.

Su madre Jacky la miraba.

Abrió la boca para decir algo, pero la mujer negó y con un movimiento de manos le resto importancia, le mostro sus dientes y cerró la puerta con el seguro.

Apoyo la cabeza del respaldo y soltó el aire.

Cerró los ojos y sintió como Justin la apretaba, sonrió y sintió como la movían.

-Hola. Ángel.-habló muy ronco, con marcas en su rostro y sus ojos hinchados.

-Hola. Lobo.-el mostro sus dientes y con fuerza tiró de ella acostándola a su lado.

En la oscuridad - Dirty sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora