Capitulo 40

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Había estado pensado seriamente en hablarle de su ¨venganza¨, pero no quería que todo eso se estropeara. El día que más decidido estaba a contárselo, terminaron haciendo el amor incontables veces en la sala de su casa.

-Te necesitaba.-le había confesado ella mientras lo acariciaba con lentitud, cuando se recuperaba de su arrasadora llegada al clímax, y aunque él no lo confeso, también la necesitaba y ese pequeño desliz les iba a salir caro ya que el no iba a querer tener las manos lejos de ella.

Habían llegado a un punto en donde no querían estar si no era con el otro. El había abandonado todo otro tipo de entretenimiento y ella no hacía más que esperarle día y noche, había vuelto a caer en la tentación que eran sus cuerpos. Estaban en una fase que donde la pasión les llegara tenían relaciones. El último encuentro lo había iniciado ella mientras iban camino a casa luego de haber ido a ver una exposiciones arte urbano.

El pocas veces se había atrevido a recibir una mamada mientras conducía, ya sabía que no podía volver a ocurrir porque estuvo a punto de llevarse un letrero de reduzca la velocidad. Estaciono en el primer lugar que pudo y allí se la follo en el asiendo trasero, llegaron a la casa entumecidos y sin ganas de querer amanecer lejos del otro, así que una vez cerradas las puertas el brinco al balcón de ella y se durmieron entrelazados. Pero eso no fue la primera vez que lo hicieron y no querían que fuera la última.

La navidad había llegado, no pasaba un minuto en el que no quisieran estar juntos, incluso habían propuesto que sus familias cenaran juntos la noche de navidad, pero una discusión los pudo. Era una tontería, pero a ella le había ofendido.

Habían estado en el centro comercial y al parecer a Justin le gustaban las chicas tatuadas y con carácter, ella había hablado de tatuarse y el había dicho que no era buena idea, claro que la conversación había salido antes de que el viera a quella chica de cabello rojo con un lado al ras y sus brazos llenos de tatuajes hermosos con su cuerpo esculpido por las mismo dioses y una sonrisa que mataba.

Justin no encontró donde ponerse, hasta se había puesto nervioso cuando la chica le hablo, ____ se sintió tan mal que les dejo con la excusa de ir a ver la tienda de zapatos y pensó que él iba a ir tras ella, se había equivocado ya que él no se movió de allí y cuando regreso en sus pasos tenia la más grande de las sonrisas. La mujer que seguramente tenia años de mas para él, le había dado su número y como un don Juan al fin había quedado con ella.

Ella sabía que no tenían nada que era un simple intercambio de saliva y placer lo de ellos ya que no había quedado en nada, para ponerle un nombre menos horrible eran amigos con beneficios aunque de ninguna de las dos parte hubiera salido el acuerdo, pero ella si le quería, que el actuara de lo mas coqueto con otras mujeres frente a ella la lastimaba. Y así comenzó la verdadera discusión, una como la que nunca habían tenido y aunque ella no había ibo en su auto no quería irse con él.

Le rogo para que subiera al jeep, mas no le hizo caso alguno y entonces cuando pensó que el volvería a rogar, vio como subía el cristal la dejaba allí.

Lloro largo y tendido el frio se la estaba comiendo viva, y eso que tenia incontables ropas, a su lado paso la pelirroja que al parecer había vivido toda su vida en Alaska porque andaba en un suéter de mangas cortas y unos jeans. La conjuro en su mente un millar de veces.

La navidad paso, y el treinta y uno de diciembre lo paso con su familia. No hubo mucho.

El año nuevo llego y sus padre comenzaron a presionarla con respecto a la universidad, pero ella aun no se decidía así que pidió un tiempo, claro que sus padres casi pegaron el grito al cielo.

Habían pasado unos buenos días y luego de que no viera a Justin por unas semana Preston la llamo para salir, no era algo de romance, al menos para ello, solo algo de amigos.

No cometió la equivocación, a su pensar, de vestirse muy elegante. No quería que le pasara lo mismo.

Se despidió de su madre y su padre y salió con el chico que no paró de decirle que lucía espectacular. Un sentimiento de desesperación la atravesó unos segundos después de que salieran del lugar donde vivía, tenía que saber de Justin, a pesar de que estaba muy molesta con el por dejarla tirada.

-¿A quién llamas?-pregunto cuándo iba conduciendo.

-Justin.-el chico asintió y movió su labio. -Justin.-dijo con una sonrisa cuando al fin pudo descolgar.

-¿_____?-No era el.-Soy yo, Tarence... -no se escucha muy bien.- ¿Estas en camino?

-¿A dónde?-preguntó ella sin entender.

-Al hospital.-su corazón dio un vuelco.

-¿Qué?-habló sin poder ocultar su miedo. Preston intento hablar de algo y ella manoteo al aire mandándolo a callar.

-Justin... esta... tuvo un pequeño problema luego de haber salido de jugar con tu padre... esta... un poco mal.- su padre no le había dicho nada.

-Estaré ahí en poco tiempo.-habló con la garganta seca.-Vamos al hospital.-comento seria.

-Nena... tenemos una cita, el estará bien, solo fueron unas cuantos rasguños.-abrió la boca sin poder creer lo que el acababa de decir.

-¿Lo sabías?-pregunto incrédula.-Lo sabías... claro que lo sabías ¿Por qué no...-Claro, sabía que ella iba a descartar la cita por ir con él. -Detén el maldito auto.-habló llena de ira.

-No, no digas eso lo haces porque estas molesta.

-Detén el maldito auto.-gritó.

-Bien, no fue bueno de mi parte, pero ¿Que querías?... se que ustedes estaban en algo, ¿Cómo quieres que actué si con la chica que me interesa en cualquier momento puede mandarme al diablo por un chico que no la quiere?-no le respondió nada por un largo tiempo. Solo pensó en lo que dijo, la chica que me interesa. Ha, patrañas.

Llegaron al hospital en un silencio horrible, se quito el cinturón, y salió corriendo tanto como los tacones la dejaban.

Pidió información rápido, pero segundos después vio como Preston la llevaba a rastras, también sabia donde estada.

-Eres un idiota.-fue lo único que le comento ella antes de abandonar el ascensor y caminar por los pasillos.

Tarence y Peter la miraron y mostraron la puerta.

-¿Esta durmíendo ?-preguntó nerviosa.

-Si.-ella saludo con la mano ambos chicos y estos asintieron hacia alguien tras ella. Preston.

-¿Qué paso?-Tarence le paso un móvil, era el móvil de Justin nadie tenía un cobertor de celular como el suyo. Era una cámara antigua con cientos de postales y calcomanías que él había puesto allí. La pantalla estaba rota en un lado, lo desbloqueo y vio que había un mensaje.

Lamento haber sido un lobo malo. ¿Quieres salir conmigo hoy, Angel?

Para: Angel

-Estaba escribiéndote ese mensaje, y a punto de enviarlo, dejo de ver el camino mucho tiempo.-ella abrió los ojos y sintió un estrujón en su corazón.



En la oscuridad - Dirty sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora