Capitulo 34

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Llorar era lo único que podía hacer. Tocaron la puerta pero ella no tenía ganas de abrirla, pero aquellos toques eran insistentes, se seco las lágrimas, se miro en el pequeño espejo que había, sus ojos estaban rojos, maldijo por eso.

Abrió lentamente la puerta y se encontró con Mario, ¿tenía que ser él? - se preguntó.

- ¿_________ estas bien? - preguntó el entrando al cuarto de ella.

-Si - contesto con la cabeza gacha.

-Pues no parece - comento el cerrando la puerta con seguro.

-Sí, si me pasa algo, pero es algo que a ti no te importa - criticó ella, junto con unas pequeñas lagrimas que resbalaron por su rostro.

-Vaya, veo que si tienes carácter - añadió el, se sentó en la cama junto con _____ al lado - entiendo que me odies y todo, pero no soy una mala persona, solo tienes un mal concepto mío por cómo me he comportado contigo.

-Yo no te odio - agrego ella mirando hacia la nada.

-Bueno si no me odias entonces te caigo mal.

-No te odio ni me caes mal - dijo ella mirando directamente a los ojos a Mario - solo me cuesta entenderte, tus actitudes me confunden, un día eres uno y al otro ya eres otro, y en realidad nunca se cuál es el verdadero Mario Bautista- se quejo ella.

-El que estás viendo en este momento - dijo el mirándola a los ojos dulcemente - pero no quiero hablar de mí, sino de ti, ¿por qué te fuiste así del cuarto de Jan? - pregunto.

-Porque me dolió la cabeza - mintió.

-Creo que no eres buena mintiendo, anda dime, porque saliste así - pregunto nuevamente.

-Si tu estuvieras encerrado en una casa como yo lo estoy, sin poder ver a tu familia, estarías igual que yo, los extrañarías - hablo ella con sus ojos cristalizados - puede que tu no seas muy allegado a tus padres, pero yo si lo soy.

-Te entiendo, entonces quieres ir a verlos - pregunto.

Aún estaba alucinando, es que se encontraba hablando con Mario, sobre su vida personal, su familia, su hogar.

- Si ustedes me lo permitieran - hablo ella bajando la mirada nuevamente.

- Puede que hayas caído mal al principio _________, pero enserio sé que si ponemos de nuestra parte seremos muy buenos amigos - expreso el son una leve sonrisa.

- Me gusta que pienses así, sabía que muy adentro tuyo había alguien vivo - bromeo ella.

-¿Qué piensas que estoy muerto? - pregunto.

- Nunca he dicho eso - se defendió.

-Bueno, iré a ver que Jan se haya levantado - dijo el levantándose de la cama y yendo a la puerta- ah... _________, cuando quieras, puedes ir a ver a tu familia - le guiño un ojo y salió completamente del dormitorio.

Ella río por lo bajo, ¿Que era eso que sentía en su estómago?, sentía como cosquillas en él. ¿Tendría algún malestar estomacal? NO.

Simplemente estaba sintiendo cosas que ella aun no había experimentado y como no había experimentado nunca, no sabía lo que significada aquellas cosquillas en el estómago, por decirlo mejor.

Aquellas mariposas en el estómago.

Como él le había dado autorización para ir a ver a su familia entonces no tenía por qué renunciar a su trabajo, de todas maneras ya se había arrepentido antes, no podía dejar solo a Jan después del aprecio gigante que le tenía. Tampoco podía dejar solo a Daniel que a pesar de sus estudios también necesita ayuda. Pero especialmente no quería irse por un solo motivo, y ese motivo tenía nombre y apellido..."Mario Bautista", quería conocerlo más, quería llevarse bien con y si se puede, tener una linda amistad.



Ohhh esa Rayita *-*



Solo soy una empleada 'Mario Bautista'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora