Quédate conmigo por favor

Capítulo 5

Empecé a plantearme de verdad porque a mi nadie me quería, o, por lo menos, era lo que yo pensaba. Lo primero que pensé que podía ser fue mi imagen: estaba gorda; por eso, poco a poco dejé de comer y en un mes había adelgazado 8 kilos.

Mi madre super preocupada me llevó al hospital y sí joder, tenía anorexia.

Los primeros días, prácticamente no era consciente de donde estaba y de lo que me estaba pasando, yo, en lo único que pensaba era en adelgazar, para que la gente me quisiera.

Al tercer día alguien llamó a la puerta:

- Toc toc - decía una voz grave detrás de la puerta.

- ¿¡Quién es!? - me incorporé rápidamente ya que no estaba presentable, a saber quién sería.

- Adivinaaaa

- Pues no se - digo bajo pero contenta, porque la verdad, no creí que yo fuera tan importante para alguien como para que viniese a verme.

- Anda no te pongas tan ñoña - me dice Noah como si me hubiese leído los pensamientos entrando por la puerta - que sólo he venido como escusa para ver a tu hermana princesa.

Le miro con cara de desprecio pero, amo cuando me llama princesa, dios.

¿¡QUE ME ESTÁ PASANDO!?

- Pues ya te estás yendo cabrón.

- Eeeeee, tranquiiiiilaa fieeeraaa - me dice poniéndome su mano delante de la cara - que era bromiiii

- Si claro. Enserio vete. No estoy para bromas.

- Los chicos de clase te hemos echo tu tarta favorita: ¡vainilla y galletas! - me dijo ignorando mi comentario.

Encima con nata, que buena pinta tiene.

- Joder, gracias, ya sabéis lo que me gusta, me la tomaré luego - le respondí para que no se sintiera mal si le decía que no me la iba a comer.

- No, nos la vamos a comer ahora, tu y yo.

- Enserio, acabo de desayunar - le mentí.

- Venga mentirosilla - cogió un poco de nata y me manchó la nariz.

- AIIIIII - le grité riendome.