나를 모두 삼켜봐
Taekwoon no sabía como ni porque había hecho eso. Bueno, sí, sí lo sabía. Había visto al menudo mirándole de forma descarada con aquel traje y al encontrarse con su mirada pudo ver un rubor en las oscuras mejillas contrarias. ¿El cómo? Eso fue pura suerte.
Taekwoon era alguien reservado, por lo que nadie sabía que a escondidas, de vez en cuando, se quedaba sólo con sus pensamientos, un botellín de cerveza en una mano y en la contraria un cigarrillo. Eso era tranquilidad. Tranquilidad que se vio frustrada por el somnoliento líder del grupo.
Hakyeon era demasiado lindo a los ojos del felino vocalista.
Y somnoliento no era menos. No sé lo había ni pensado. Solo había avanzado y había jugado al azar para después ganar aquel primer beso con el chico y. Joder. Se sentía genial.
La mañana comenzó tranquila. Tranquila hasta que se dio cuenta de que cuatro carriles rojos le recorrían la mitad del pecho debido a la noche anterior. No le importaría lo más mínimo si no fuera por su nuevo traje de actuación.
-Me cago en la puta...
-¿Pasa algo, Leo?
Ravi se había acercado a despertar a su "hermano", y ahí lo había encontrado. Sentado en la cama, con el pelo revuelto y unas marcas en el pecho. Ahogó una carcajada y cerró la puerta para poder hablar con él sin que nadie les interrumpiera.
-¿Qué hiciste anoche? ¿Pelearte con un gato?
-Peor.
-¿Peor?
Taekwoon iba a responder al menor cuando el líder picó a la puerta y abrió. Rápidamente el vocalista se giró, dejando ver su espalda desnuda mientras intentaba ocultar su pecho. Aún haciendo frío Taekwoon dormía sin camiseta, costumbres de que Ken siempre tuviera la calefacción demasiado alta en la habitación.
El moreno estaba parado en la puerta, normalmente siempre veía a su menor vestido. Pero ahora estaba sentado. Mirándole serio por encima del hombro mientras esperaba a que hablara. Ni siquiera se dio cuenta de que Ravi estaba allí.
-Vamos, Leo. Hay que prepararse.
Y sin más cerró la puerta y se encaminó al baño. No es que fuera a masturbarse, no aquella vez. Sino que iba a echarse agua en la cara, lo más fría que pudiera. Los menores estaban desayunando. Y por el ruido de la puerta supuso que Leo también. Hakyeon se preguntaba donde se había metido el rapero del grupo, pero sólo fue por unas milésimas de segundo antes de darse cuenta de algo peor.
Su cuello tenía marcas rojizas y pequeños moratones.
-Pero... ¿Qué?- Sus dedos volaron a la parte de su piel y la acarició, de sentir aún caliente y en su memoria solo se repetía aquel sueño. Aunque ahora dudaba que lo fuera.- No puede ser...
-¡N! ¡Llegaremos tarde si no te das prisa!
Ravi aporreo la puerta y espero a que el mayor hiciera algún ruido antes de que este saliera.
Algo le decía que ese día no sería como los anteriores.
La Jellyfish estaba vacía, bueno, lo estaría si él no estuviera ahí. Bueno, realmente por él y alguien más.
-¿Qué hacemos aquí?
El rubio de espalda ancha solo se encogió de hombros y entró sin más a la empresa, seguido del menudo moreno. Hakyeon no iba a quedarse solo con la ropa de Chained Up en la calle. No estaba tan loco.