Parte 3.

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Baby like Black Hole

Hakyeon estaba nervioso, camino a casa se había puesto a pensar en todas las formas de que su menor le haría engullir todo de él. Y a cada cual se ponía más nervioso que la anterior.

Sin saber la razón se había encontrado solo andando por la calle. El más alto había desaparecido sin dejar pista alguna de su nuevo paradero.

Hakyeon solo esperaba que no estuviera con Jaehwan.

Odiaba demasiado que Taekwoon estuviera pendiente del menor, o de que Jaehwan siempre le estuviera molestando. Porque sí, Jaehwan molestaba al más alto y él... Él sólo le daba amor de hyung. Eso. Amor de hyung.

Introdujo la llave en la cerradura para al fin llegar a casa y quitarse ese traje, al menos hasta que fuera lo suficiente de noche como para poder hacer lo esperado con el rubio. Pero eso no llegó a ocurrir.

—¡Hakyeon! ¡Rápido ven!

La voz grave de Ravi se abría por sus pensamientos en cuanto el menor decidió llamarle por su nombre. Tiró las llaves al suelo al correr, llegando al salón y viendo como todos estaban al rededor de Taekwoon el cual parecía simplemente dormido, siempre y cuando no te fijaras en los pequeños cortes que tenía en las mejillas y el labio ensangrentado. Por no hablar del ojo que comenzaba a ponerse violeta.

Hakyeon se sentía como en un agujero negro.

No podía asimilarlo. Su Taekwoon estaba en el suelo y había recibido una paliza, aun sin que él se lo dijera ya sabía que había ocurrido.

Se arrodilló junto al cuerpo de Taekwoon. Él tenía los ojos cerros y el pelo pegado al rostro por la sangre seca que tenía en este. Todos estaban pendientes de lo que iba a hacer el líder. Pero solo les miró mientras que su temblorosa mano llegaba al cabello rubio del contrario. Dejando que su voz saliera de sus labios.

—Leo... — No hubo respuesta y el mayor se mordió el labio.— Leo-sshi. —Debía mantener la compostura, así que su voz sonó un poco más sería. Pero tampoco hubo respuesta. La mano que se encontraba en el cabello del chico voló a su cuello, buscando así algo que le diera a entender que tenía pulso.

—No estoy muerto...— La suave voz del más alto se hizo acto entre los presentes antes de que todos suspiraba aliviados.

Intentó incorporarse con una mueca de dolor, a saber cuantas veces le habrían golpeado para hacer que el fuerte cuerpo del chico no pudiera ni moverse.

Jaehwan iba a lanzarse sobre el cuerpo del mayor cuando el líder se adelantó y al asombro de unos pocos, se quedaba ahí. Tumbado encima de Leo el cual solo cerró los ojos y llevo las manos a la cintura de Hakyeon.

—Venga, venga. Leo ya está bien, ahora todos a la habitación.— Ravi agarró los hombros de los más pequeños antes de tirar de ellos hacia el pasillo que daba a las habitaciones.

Todos se fueron y Hakyeon continuaba sobre el cuerpo del chico.

—Estúpido...

— ¿Algo más?

—Sí.— Hakyeon tomó aire y se alzó, quedando a horcajadas del más alto.— Eres un imbécil, y un idiota, y un tonto y, te odio...

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