Parte 4.

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나를 모두 잃겠지.


Dos semanas habían pasado desde que Taek Woon salió del apartamento, ni siquiera lo pisaba y por lo que parecía, tampoco tenía intención de hacerlo. Su rostro se veía mejor cada día, sus heridas habían sanado y eso provocaba que el moreno líder del grupo se sintiera más tranquilo, estuviera dónde estuviera el menor, sabía que estaba siendo cuidado con mimo.

Su mirada paseaba por cada parte de la ciudad coreana mientras Jae Hwan conducía, sintiendo las voces de los demás miembros de fondo sin prestar atención a ninguna de ellas. A Hak Yeon no le importaban las nuevas canciones que Ravi estaba componiendo, a Hak Yeon no le importaba que Hong Bin quisiera ir de vacaciones al campo para relajarse y tampoco le importaba la insistencia del conductor y el maknae por salir a beber aquella noche. A él solo le importaba Taek Woon, por muy cruel que sonara.


— Hyung — la voz de Hyuk llegó a sus oídos y él tuvo que parpadear para saber dónde estaba. — , Leo está ahí.


En algún momento que el moreno no recordaba, el coche se había detenido a un lado de la carretera, justo al lado del rubio que vestía de lo más casual y tranquilo, a pesar de que se podía notar que era él, nadie se acercaba a molestar a la gran sombra negra con capucha y mascara en los labios. Estaba tan serio, con los brazos cruzados sobre el pecho que Hak Yeon tembló a la vez que su aliento se cortaba.

Ambos se miraron, Hak Yeon sentía como la mirada felina del vocalista llegaba a la propia, inquietándole y haciendo que su corazón latiera tan fuerte que empezaba a pensar que los demás miembros podrían escucharle.

De forma elegante, el pálido rubio se separó de la pequeña valla de metal que separaba el camino de un pequeño jardín -el líder supuso que estaban cerca de un parque-, mientras retiraba las manos de su pecho para ponerlas en los bolsillos de los pantalones vaqueros rotos que tenía puestos, dándole la espalda al coche.

Yeon sabía que era su momento de salir.

Sus manos fueron rápidas al cinturón de seguridad y no tardó apenas unos segundos en salir del coche y caminar hasta la acera, dando tras de si un fuerte golpe a la puerta. Quería que Taek Woon supiera que iba con él.

De forma torpe y nerviosa caminó hasta detenerse al lado del más alto, con los ojos fijos en una de las plantas que adornaban aquél supuesto parque al que no prestaba atención, solo quería estar cerca de él. Leo le había estado evitando esos días en los que solo se concentraban en trabajar juntos, y el miedo a que estuviera arrepentido de haberle besado o simplemente el hecho de fijarse en él.

El mayor de los dos no habló en ningún momento, sus palabras no salían de su mente y ya notaba como la garganta se secaba sin ni siquiera haber abierto la boca. Los nervios recorrían su cuerpo sin hacerle temblar, Hak Yeon ya sabía que debía mantener la calma el tiempo suficiente como para aparentar seriedad delante de los demás, pero no impedía que sus dedos se movieran nerviosos buscando una forma más disimulada de tranquilizarse.


—Lo siento— fue lo primero que escuchó de la voz del vocalista, provocando que su rostro se girara hacia el rubio que miraba al suelo. Parecía arrepentido y eso solo desconcertó al mayor.—, no debí hacerlo.


El líder tardó unos segundos en procesar la información que salía de los labios del más pálido. ¿Realmente estaba arrepentido de algo..? ¿Estaba arrepentido de algo que hizo con él? Los ojos del moreno se tornaron oscuros, de nuevo en un agujero negro del que le costaría salir, si es que alguna vez había salido del primero.

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