Mi Promesa

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En una fría noche de otoño del año 1992 los Sanchez iban a conocer ya al bebe que había dormido durante 9 meses. El parto fue más corto de lo normal, ya que la Señora Sanchez ya había tenido 3 hijos, Marta de 5 años, Sonia de 3 años y Carmen de 2 años. ¿Cuál fue la sorpresa? Como habían acordado que no querían saber el sexo de su bebe, se llevaron una gran sorpresa al ver que era un varón, ¡¡tenia un hijo!! Después de haber estado más de 6 años rezando para tener un niño, les viene sin que ellos lo supieran.
Toda la familia recibió al nuevo miembro con los brazos abiertos y a aquel niños le pusieron de nombre Manuel.
El niño con el paso de los años, al igual que todas sus hermanas, creció sano y muy querido. Era muy bueno en los estudios, le encantaba ayudar en obras benéficas, era muy amable con todos.
Manuel a los 14 años cada vez le gustaba más le religión y a los 16, con el consentimiento de sus padres, se apunto a una escuela sacerdotal y estaría allí 4 años y en ese tiempo vio a su familia solo en vacaciones de verano e invierno.
Manuel a los 20 años se había convertido en un joven muy apuesto, podría medir cerca de 1'80, tenia los músculos algo definido, ya que todos los días hacia algo de ejercicio en el gimnasio en la escuela sacerdotal, el pelo lo tenia algo largo, pero no mucho, de color negro, algo que contrastaba con sus ojos azules, sus labios eran carnosos con un tono rosado. Todos sus compañeros siempre le decían que si él quisiera podría tener a cualquier mujer a sus pies, pero en lugar de eso prefiere desperdiciar la belleza que Dios le había dado. Él siempre respondía lo mismo.

-Esto es solo fachada. Lo que cuenta es lo que hay dentro y lo que yo tengo es una fe ciega en él.

Cuando Manuel cumplió 21 años tomo los votos sacramentales y fue nombrado sacerdote. Ese mismo invierno pudo quedarse con su familia durante más tiempo, ya que cuando fuera el 15 de Enero iría a ser sacerdote a un pequeño pueblo a unos 400 km así que tenia que disfrutar el poco tiempo que tenia con su familia, porque no los volvería a ver en bastante tiempo.
Las navidades fueron pasando muy rápido, más de lo que Manuel queria y ya estaban a 14 de Enero y esa misma noche le prepararon una fiesta de despedida. La fiesta fue larga e incluso continuo después de que Manuel se fuera a dormir, ya que tendría que levantarse bien pronto para coger el tren. Se despidió de su familia y a las 5 de la mañana ya estaba en la estación. El viaje en tren duraría 5 horas, así que cuando subió al tren busco un lugar apartado para poder descansar, por un momento creyó poder hacerlo, pero en ese momento alguien se sentó a su lado. Se había sentado a su lado un joven de su misma edad. Cuando lo miro, a Manuel le era extrañamente familiar hasta que....

-¿Manuel? ¿Manuel Sanchez?
-Sí
-¡Lo sabia! ¿No me recuerdas?
-No
-Fuimos juntos en la misma clase hasta terminar la ESO.
-¿Carlos Perez?
-¡El mismo!
-Pues is que has cambiado.

Carlos ya no era aque chico devil que hasta una mosca podria con él. Habia cambiado drasticamente. Podria ser que midiera casi 1'80, poseia un cuerpo bien definido y unos muscúlos algo definidos, pero no mucho, tenia el pelo corto castaño, ojos grandes verdes y unos labios carnosos.

-¿Qué esperabas? Han pasado 6 años desde la ultima vez que nos vimos.
-Cierto, muy cierto.
-¿Qué ha sido de tu vida?
-Recuerdo que el ultimo curso de la ESO no lo hiciste porque te trasladaste -Manuel se quito la bufanda y Carlos vio el alzacuellos -¡¡¡No me jodas!!! ¿en serio? ¡¡Te has convertido en cura!!
-En serio. Ahora mismo me estoy dirijiendo hacia la parroquia que hay en Painer para ejercer como sacerdote.
-¿Painer? Eso esta muy lejos.
-Lo sé. Pero es donde me han enviado.
-Aún no me lo creo -Carlos intentaba asimilarlo, pero lo costaba lo suyo -cuando esto se lo cuente a Juan no me creera.

Juan era el hermano mayor de Carlos, solo tenia 2 años más, además compartian varios rasgos fisícos, menos la altura y el color de ojos. Juan media 1'90 y tenia los ojos miel.

-Ahora que le has nombrado. ¿Cómo le va?
-Bien, la va muy bien. Hace poco que se a mudado con su novia, cosa que yo agradezco mucho -y se le escapo una carcajada.
-Me alegro mucho por él.

Paso un rato y nadie dijo nada.

-¿Te puedo hacer un pregunta? -Carlos se puso muy serio.
-Claro, adelante.
-En el ultimo curso que estuvimos juntos hicimos una promesa, ¿te acuerdas de cual era?
-No -mentira, si que se acordaba, lo unico es que no queria hablar de ello.
-Me estas mintiendo -dijo con un tono y una mirada tan seria que puso a Manuel algo nervioso -nos conocemos desde que eramos bebes, sé cuando mientes.

Manuel fue salbado por los pelos, ya que el tren paro y era la parada de Carlos.

-No hemos terminado. Ahora ya sé donde encontrarte y hare que recuerdes nuestra promesa - y se fue dejandolo con la palabra en la boca.

Aun faltaban más de 4 horas para que Manuel llegara a su destino y su idea de descansar se disipo como la niebla. Estaba constantemente recordando las ultimas palabras de Carlos.

-Sé donde encontrarte y hare que recuerdes nuestra promesa...

Cuando más tiempo recordaba la frase, más miedo tenia de si mismo, ya que cuando entro en la escuela sacerdotal se dijo que no volveria a cometer el mismo pecado.

¿Cúal fue la promesa que se hicieron Carlos y Manuel?
¿Qué pecado cometio Manuel para tener ahora miedo?

Respuestas en el proximo capitulo.

Un besiko y hasta pronto ;-)

El Pecado De Amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora