Enamorándome De Él

Capítulo 3.

Terminando el entrenamiento, el entrenador nos dice que iremos a jugar a un estadio al día siguiente a las 10:30 a.m, así que tenemos que preparar nuestros uniformes; la idea me pareció genial, luego pensé «¿Yo? ¿En un estadio? Pero, soy nueva en el fútbol, ósea, soy un asco» Claro que pronto se esfumaron esos pensamientos negativos.
Por una parte me sentía segura de que Alex esté ahí conmigo, pues es al único que conozco ahí; claro, está mi hermano pero el no cuenta.

Al día siguiente, suena la alarma de mi celular, trato de apagarla pero no puedo, abro bien los ojos y la vuelvo a apagar. Pasan 15 minutos y vuelve a sonar la maldita alarma.

-Mierda, se me había olvidado quitar los recordatorios.- digo al aire.

Quiero dormir un rato más, pero tengo que ir al partido. Comienzo a ponerme el uniforme, mi playera esta dividida en los tonos negro y rojo, mi short es negro con líneas rojas a los laterales, mis medias son de igual forma, negras con rojo y por último mis zapatos de fútbol, son unos Nike morados; me hago una coleta y desayuno con mi madre y hermano.
Terminando nos vamos al campo para irnos con todo el equipo al estadio.

En el transcurso del camino, no hubo tráfico, todo había estado tranquilo.

Llegando al estadio me quedo con la boca abierta.

-¡Está genial el estadio!
-¿Te gusta verdad?- dice mi madre
-Si claro- digo dando unos pequeños saltitos de alegría.
-Anda, a jugar. Te habla el entrenador.

Solamente me dirijo hacia el entrenador y primero hacen una prueba con nuestro equipo y el otro para juntarlos y ver quien se enfrentará contra el equipo contrario.
A mi me ponen de defensa y a Alex también. «Me alegra mucho tenerlo a mi lado»

Dan el primer silbataso y comienza el partido. Nos meten gol, al parecer nuestra portera no está muy a las vivas, pero, creo que en cierta parte es mi culpa, creo que no cubro bien como debería.

-¿No lo hago bien verdad?- le pregunto a Alex
-Si lo haces bien, mira cubre a ese, cubre al otro- me decía mientras me indicaba a quien debía cubrir.
-¿Ves? Lo haces bien, dime, ¿A cuantos acabas de cubrir ahorita?
-A unos cinco aproximadamente.
-Ves, entonces no lo haces mal, sólo que apenas estás empezando.
-Gracias

«Me sentí tan seguro cuando Alex dijo eso que todo lo que restaba del partido estuve haciéndolo bien según mi criterio, el de Alex y el entrenador»

Nos dan nuestro descanso para poder comer.

-Róman, ¿podrias ir por mi mochila y traerme mi comida y mi agua?
-Si

Y jamás llegó Róman con mi comida ni mi agua. Lo veo dirigirse a jugar una cascarita con los de nuestro equipo y noto que no trae mi mochila con lo que le había pedido.

-¡Róman! Ven por favor.
-Mande.
-¿Y lo que te había encargado?
-¿Qué me encargaste?
-Mi mochila con la comida y el agua.
-No, no me la pediste.
-Si te la había pedido.

Róman no me responde y se va a lo cual yo me quedo sola, sentada en el césped y con mucha hambre y sed.

La verdad me da mucha flojera ir por mi comida hasta las gradas con mi madre, así que mejor me la aguanto.

Minutos después voy a jugar fútbol con unos compañeros más chicos que yo; llego y les digo si puedo jugar a lo que ellos asienten. Llega Leo, «¡Oh Cielos!, Leo vino a jugar con nosotros, es demasiado guapo» pienso mientras lo veo de pies a cabeza. Después de unos minutos me da un pase para meter gol y lo fallo, todo por verlo a lo que el sólo me ve feo. «¡Idiota!, Leo, eres un maldito engreído» pienso mientras le regreso la mira, quisiera decírselo a la cara, que es un verdadero idiota, pero mejor me reservo mis comentarios.

La verdad ahí ya me sentía muy fuera de lugar, quería irme pero no sabía a donde, apenas y ubico a algunos pero no les hablo, a lo que escucho que alguien me llama.

-Jane- dice Alex.
-Mande- respondo con una gran sonrisa ya que quería alejarme de Leo lo más pronto posible.
-Ven, eh visto que no has comido, ¿quieres?
-¿Qué es?
-Son cacahuates.
-Bueno- A base de que no eh comido nada y me da flojera ir hasta las gradas, lo acepto. Me los pasa y como pocos cacahuates para que no piense que soy una abusiva.
-¿Tan poquitos? ¿No quieres más?
«Claro que quiero más, pero no quiero parecer abusiva»
-¿Y bien?
-Bueno, está bien, dame un poco más por favor.
-Claro.

Tomo unos pocos y se los regreso.