Estamos en la pendiente de las palabras sin sentido, cuando buscamos de qué hablar y cómo extender ese rango de minutos diarios que nos dedicamos con la pesadez de la rutina. Hago un paréntesis para recordar de dónde venimos, somos como dos globos que se han encontrado en el aire; no había nada bajo los pies y estábamos muy lejos de ser parte del paisaje urbano.
De hecho tu contextura física pasa desapercibida en cualquier fila. No te es fácil viajar en colectivo y ni hablar de la enemistad que crece con las estanterías, las góndolas y las bibliotecas. De igual forma nunca nada te impidió llegar alto. El silencio fue hecho para llenarse de acción
Y en definitiva es difícil ser traductor de silencios.
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365 cartas en el insomnio
De TodoAl igual que la música llevamos arraigadas palabras que en el silencio nocturno tienden a inquietarse. He optado por no contar el tiempo, sino contar las canciones, opté por no suspirarle al viento ni perder la ilusión con la distancia, todo lo he o...