Contra el tiempo

13 2 0
                                    

- Cuando me dijiste que no podrías ayudarme pensé que lo decías en serio – dije bajito mientras caminábamos por el bosque.

- Lo sé, pero soy demasiado bueno como para dejarte ir sola

- Ah! Si gracias

Después de que le conté toda mi historia y todo lo que paso con Matt y Ángel, no lo pensó dos veces y me ayudo, al principio bromeo sobre el asunto, pero después puso manos a la obra en hacer maletas con víveres y armas mientras yo empacaba ropa y cosas de higiene personal. Ian me dio un paquete de pastillas para el dolor, me duraran máximo cuatro días así que solo las usare en un caso urgente.

Sera un viaje largo y nada fácil apenas llevamos unas horas de viaje cuando ya matamos al menos una docena de zombis, tenemos pocas municiones y solo cuatro cuchillos que nos han servido de maravilla.

Al anochecer Ian propuso que lo mejor sería subir a los arboles e intentar dormir arriba en las ramas, no sé de donde saco eso él dice que de una película pero yo no le creo está un poco loco yo sé que eso solo se le ocurriría a él, pero bueno al final opto por mi plan que era hacer una fogata para calentarnos y juntar cacharos que encontremos y acordonar la zona con ellos para que cuando alguien se acerque escuchemos el ruido y nos despertemos, cuando le dije mi plan él se rio a carcajadas.

- De que te ríes – dije ya enojada estaba empezando a irritarme.

- Veías... the walking... dead verdad – logro decir con voz sofocada por la risa

- Sí, eso lo saque de ahí – acepte – nos podría salvar la vida no seas idiota. – dije enojada pero medio en broma

- Okaaay! Tranquila no más burlas ¿bien?

- Bien – respondí brusca

- Aunque tú caminas como zombi con esa pierna – dijo entre risas, lo fulmine con la mirada y eso lo hizo callar, al menos por un rato.

Esa noche fue tranquila, a comparación con las otras que vinieron.

- Oye, oíste eso – susurre nos encontrábamos descansando en el bosque con la misma trampa de objetos que llevamos para todos lados.

- Si, creo que fue detrás de nosotros – contesto con susurros – tal vez les llamo la atención el fuego, menos mal que lo apagamos.

- Si pero se me congelan las manos y los pies.

- Si, a mi también.

Después de varios días o tal vez una semana después, encontramos un sector de casas, fue la gloria esos días que pasamos ahí aparte de poder descansar y darnos una ducha de agua helada, (pero al menos estábamos limpios).

También tenía un poco de privacidad para poder pensar, imaginarme como sería el reencuentro entre Matt Ángel y yo, el momento perfecto en que vea sus caras otra vez, sus sonrisas, ver a mi hijo crecer aunque después le tenga que decir la verdad de su madre, yo prometí protegerlo y cuidarlo hasta que pueda hacerlo solo y eso quiero hacer, pero para eso primero tengo que llegar viva, por eso al tercer día de estar en aquella casa baje las escaleras y busque a Ian para hablar con él.

- ¡Ian donde estas! – grite al no verlo por toda la casa

- ¡estoy en el sótano! – contesto una voz que provenía de debajo de la casa

- ¿pero qué haces?

- Estoy... entrenando... ¿no ves? – dijo algo agitado

- Si, si p-pero porque sin camisa – balbucee nerviosa al ver como se le marcaba el lavadero del estómago y los bíceps

Amor en tiempos dificiles ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora