Capitulo 21

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* Abbigail *

El viento de Londres esta sumamente frío, como era de esperarse Louis me acogió con hospitalidad y cariño, más aun cuando supo lo que había pasado, no titubeó en decir: "Si lo viera le partiría la cara como un hombre".

No pude evitar reírme de esa frase tomando en cuenta quien la dijo, pero éste se rió al unísono conmigo, es un gran amigo y su compañero ni se diga, nos hace el desayuno y la comida, aunque la mayoría de veces ceno sola, ellos prefieren salir a cenar a un restaurante ,que no querría arruinar su privacidad mas de lo normal.

No es que esté de acuerdo con su forma de vida, pero tampoco los juzgo, cada persona toma sus propias decisiones.

Yo tome mi decisión, me aleje de Miami, de Dominic y de todo lo que podía hacerme daño, ya hace casi un año que me mude y no puedo evitar pensar que ahora Dominic debe de estar siendo feliz con la rubia esa (en mi opinión toda una zorra), claro que siempre que veía un titular con su nombre decía cosas buenas de él, y en ninguna foto aparece con ella, pero de seguro quieren que su romance sea secreto.

¿Megan?, ella esta de maravilla eso destacando su embarazo, Jhon y ella no perdieron el tiempo despues de su luna de miel, dará a luz en marzo justo después de el aniversario de boda, me nostalgia pensar en no poder asistir.

Pero ¿Que haré si veo a Dominic? ¿Como me sentiré al verlo de la mano de otra? ¿Acaso deje de amarlo ya?...

Megan ha intentado hablarme de el varias veces, lo cual se lo he impedido y ella a aceptado no decírselo a Jhon, lo último que desearía sería que mi vergüenza  de aislamiento por traicion fuese pública.

Me va bien en Londres, tengo un excelente trabajo y acepto admitir que treinta mil euros no me caen mal aparte de el alquiler de el apartamento en Miami, Megan a insistido en que yo reciba la mitad de ese dinero.

Pero aveces siento que cometí un grave error, que debí haber luchado por lo que amaba, pero el no me amaba a mi así que amarlo no era suficiente ¿Para que pelear una batalla perdida?.

Otra vez me siento como mierda pero me he prometido no seguir llorando por algo que no hubiese funcionado, el hecho de solo pensar que tendré que verlo a la cara, luego de haberme marchado sin explicación y haber cambiado mi número para no confrontar la realidad, tendré que sacar valor de donde no siento tener, por más que me duela aun lo amo, además aun no he visto la pansita de mi mejor amiga, ¡seré tía! Joder que emoción.

Despejo mi mente de Dominic y me dispongo a vestirme para una gala benéfica a la cual iré con mi jefe, le he perdido el gusto a salir con hombres, ya he salido con varios ingleses súper lindos aunque ninguno me ha llamado la atención pues siempre pienso que no habrá nadie como Dom.

Elijo un vestido rojo de una sola manga, ligeramente larga, combinado con unos tacones de aguja color negro, adornado con los accesorios de plata, como unos hermosos pendientes que me regalo un pretendiente amigo de Louis.

Me pongo frente al espejo y me sorprendo de ver lo divina que me veo, no puedo evitar pensar en Dominic de nuevo ¿Como le parecería que estoy?, ahora estoy mucho más delgada no la he pasado del todo bien, sufrir no es bueno para mi salud.

En un intento de dispersar mi mente tomo mi móvil para tomarme una foto frente al espejo, este espejo se ha vuelto la decoración de mis fondos de instagram, queda igual de divina que todas, no por sufrir me descuido de mi aspecto, siempre compro nueva ropa elegante y fresca, para estar preparada para cualquier ocasión.

Escucho el timbre y salgo con mi bolso en mano no tengo que ser adivina para saber que es Dimitrios mi nuevo jefe un millonario magnate italiano, con un aspecto único, fresco y original. Eso sin marcar su aire de superioridad, mucho se sentirían intimidados ante el, muchos, pero yo no.

Al llegar a la puerta veo que no me equivoque.

-Buenas noches Bella Abbi.

-Buenas noches Dimitrios, ¿nos vamos?.

Le digo con un tono de profesionalidad como siempre, en el mundo de los hombres, las mujeres deben marcar su territorio.

Asintió moviendo su brazo ligeramente en acopio de invitarme a salir, entonces cerré la puerta y nos dirigimos al ascensor en silencio, en el mismo silencio de el camino a la gala, hemos venido en el auto de Dimitrios, un hombre como él debe sentir que tiene el control o eso me había dicho él.

Al entrar al salón de la gala el me tomo del brazo para presentarme a sus amigos como la jefa de publicidad de su empresa y su acompañante de esta noche (en modo profesional).

Rodé mi vista para visualizar a las demás personas en el gran salón  repleto de personas y decorado en colores como el blanco y el dorado y pensé que estaba alucinando cuando me fije en un invitado en general.

En una esquina con un grupo de ejecutivos todos de traje, estaba él,  reluciente como siempre...

¡Dominic Parker!...
























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