Me observo en el espejo fijamente observando mi cuerpo, no tengo unos grandes músculos pero tampoco estoy muy gordo, en la parte baja de mi espalda se puede ver unas pequeñas lonjas de grasa, mi cara está cubierta de espinillas y acte, y mi cabello..... bueno, es lo único que en verdad puede presumir, mi piel es morena, pero no morena muy obscura, morena un poco más blanca, como un color canela pasión que me hace ver ante los ojos de las chicas una hermosura de chico...... o almenos eso dice mi madre, uso lentes y mi cara es un tanto redonda por las enormes mejillas que tenía cuando de pequeño era mórbidamente obeso, hasta que mis padres descubrieron que mi problema era de la nariz. Hasta que después de 13 años de mi vida estar respirando por la boca y sin tener nariz como voldemort al fin pude respirar como una persona normal, mi cuerpo se estiro, adelgace, y me volví un poco más listo a lo que era antes...... creo, en ese momento cuando me daba cuenta de que mi cuerpo era un asco mi madre me mandó llamar con un grito que bajara a desayunar antes de entrar al colegio, mi madre como siempre cocinando con toda la energía del mundo sin saber cómo conseguía despertarse a las 6 am de la mañana y con tanta energía, recuerdo todo perfectamente, su taza de café a un lado de la estufa mientras me cocinaba mi desayuno, el noticiero a las 7 de la mañana en el mismo canal, lo recuerdo todo, me quedo sentado en el comedor esperando a que mi madre me sirva mi desayuno y le digo como siempre
-buenos días ma
-buenos días hijo ¿Cómo amaneciste?- me pregunta
Y le respondo con un muy frio y adormilado
-bien
En esos momentos no sabía lo que hacía, solo era mi rutina diaria de todos los días, levantarme, tomar un baño, observando mi cuerpo desnudo frente al espejo imaginando como seria si fuera diferente, vistiéndome con el uniforme del colegio, desayunando, lavarme los dientes antes de subir al auto para ir al colegio, estar en todo el trayecto de mi casa al colegio escuchando música aleatoria en mi celular y por fin llegar al reclusorio en el que paso 8 horas diarias desde hace 10 años.... Digo digo, perdón, llegar al colegio, entro al colegio con un aspecto adormilado, me siento en la primera banca para platicar con mis amigos antes de entrar a clase, recuerdo a miguel, Guillermo, Raúl, Arturo, el güerito, Wong, todos sentados en una mesa esperando entrar a clase, claro, para ser unos mocosos de segundo grado de secundario era normal para nosotros, recuerdo que hablábamos sobre todo, sobre chicas, sobre los exámenes reprobados que teníamos, sobre las tangas de la maestra de física, sobre todas las cosas que fueran divertidas y que almenos nos sacaran una sonrisa para olvidarnos de todos nuestros problemas, por fin suena la campana para ir a nuestro salón, recuerdo que enseguida de mi butaca se sentaban Kathia (les dije que recordaran este nombre) e Izveth, Izveth estuvo conmigo desde primer grado de secundario pero debo de admitir que la odiaba, era una chica, fresa, sangrona y creía que nadie le podía hablar, cuando estábamos en segundo año me hice muy amigo de ellos no recuerdo como, no recuerdo como fue, no recuerdo como pasamos de ser dos extraños que se odiaban a ser dos muy buenos amigos. Del otro lado del salón estaban Kenya, una chica muy ruda que golpeaba a todos en el salón y Elisa, una de las chicas más tiernas que he conocido en mi vida, pero no me llevaba muy bien con ella en esos tiempos, le caía muy mal, porque creía que era irritante mi voz y lo que decía, enfrente de mi butaca se sentaba Guillermo enfrente de Guillermo Raúl y enfrente de Raúl Arturo y atrás de mí el güerito, los 4 éramos insepables, bueno eso es obvio siendo los únicos que se acoplaban en el salón de clases, éramos unos muy buenos amigos el único problema es que no estábamos completos, nuestros otros amigos estaba en los distintos grupos segundo B y segundo C, y algunos otros que teníamos regados en los colegios de la ciudad, recuerdo que los días pasaban como si el tiempo se acelerara pero en un instante se paralizaba, como si todo el mundo no avanzara y se quedara inmóvil todo. En ese momento mientras pensaba en tonterías como, por que los unicornios no pueden meter gol de cabecita, o porque los perros no hablan o tal vez porque las moscas aplauden cuando se paran en algún lugar, recordé que el festival navideño del colegio seria esa misma noche y no tenía nada listo, no tenía ni mi pantalón limpio, ni mi camisa limpia, y mucho menos una corbata roja, pero entonces recordé el día anterior, a esa pequeña chica llamada diana, de un instante a otro mi corazón se aceleró porque recordé que diana también estará en coro esa misma noche, ya que ella también canta en el coro, no lo podía creer mi corazón palpitaba como nunca, nunca había estado tan nervioso, pero a la vez tan contento de que sucediera alguna cosa, me emocione tanto que no podía ni siquiera trabajar en la escuela, o no sé si era eso a la pereza no me deja mover ni un centímetro mi lápiz en el cuaderno, recuerdo que cada receso solía jugar football americano en los recesos junto con los de tercero, también recuerdo muy bien las palizas de golpes que nos ponían pero al final nosotros terminábamos ganando, no se pregunten como por que ni siquiera nosotros los sabíamos pero lo que si sabíamos eran cuantos moretones teníamos en todo nuestro cuerpo, recuerdo a cada maestra, cada clase que teníamos, cada compañero o compañera de clases que tenía pero sobre todo recuerdo todos los momentos inolvidables que pase en ese año de segundo grado de secundaria, recuerdo que cada semana visitaba a la subdirectora de la escuela que era como el diablo de la escuela, nadie quería estar con ella, todos le tenían miedo, recuerdo que cada semana la visitaba en su oficina por problemas de conducta, siempre estaba sentada en la misma posición de espalda recta, sacando las boobies y con los brazos cruzados, su oficina parecía una cárcel en la que nadie nunca quería entrar, al final del día siempre me quería quedar más tiempo en la escuela sin ni siquiera querer volver a mi casa, pero ese día fui el primero en irme porque me tenía que alistar y preparar mental y físicamente para ver a diana en el festival navideño que sería en la noche, mental mente más que nada para intentar no hacer en los pantalones cuando la viera cantando frente a todo ese público que a cualquiera lo haría ver como una pequeña hormiga en uno de los jardines de la casa blanca, tan diminuto que sería imposible que te encontraran. Para mi mala suerte el transporte público estaba demorando mucho tiempo en pasar, pasan minutos y minutos que parecían que pasaban horas lo juro, estaba tan nervioso que hacia puras estupideces como habitualmente estaba acostumbrado hacer pero la única diferencia es que ahora las hacia inconscientemente, solo quería llegar a mi casa y hablar un poco con diana, y claro que alistarme para el evento que tendríamos esa misma noche, a lo lejos veo un monstruo rojo de 4 ruedas, era el transporte público que avanzaba con una lentitud igual al que las gordas entran en los leggins, pasaron 5 malditos minutos hasta que el transporte público llego a la estación y para mi muy mala y desgraciada suerte venia absolutamente lleno, no cabía ni un alma más, no sabía qué hacer, estaba desesperado, en pocas horas oscurecería y tenía que llegar a mi casa para alistarme, fui la única persona que se quedó en la estación por cederle mi lugar a una pobre anciana que muy apenas podía caminar, me sentí buena persona pero necesitaba llegar en ese mismo momento a mi casa, ¿Por qué tendré que ser buena persona justo en el momento que más urgencias tengo?, mi mente no paraba de procesar esa pregunta, pero al mismo tiempo me sentía bien al haber ayudado a esa pobre anciana, a lo lejos veo que viene otro transporte público, y este va cada vez más rápido, justo cuando llega a la estación me doy cuenta de que viene absolutamente vacío, le doy gracias a Dios porque al fin llegaría a mi casa más pronto que el otro autobús y mucho más cómodo que las otras personas que iban en el otro pero de la nada mi mente empieza a pensar ¿y si no le hubiera dado mi lugar a la pobre señora y ella hubiera venido mucho más cómoda?, mi mente tenía un símbolo de pregunta, no sabía si era karma o Dios el que me estaba haciendo algún favor, de cualquiera manera pienso que fue un poco de ambos, pero lo que importa es que por fin llegaría a mi casa más pronto de lo esperado
ESTÁS LEYENDO
El recuerdo
RomanceEste libro no tiene que ser el mas romantico ni el mas hermoso que hayas leido, lo que hace especial este libro es que es real, es una historia de un chico que encuentra a su primer amor y como es que sufre por ella