Orders │Español // MikaYuuMika

Capitulo 1: Ordenes

Yuu no puede recordar cómo es que llego a esta situación, pero cuando vuelve a sus sentidos, se da cuenta de que se encuentra contra la pared por un chico que no debería ser más fuerte que él. Su corazón late con fuerza; el sonido casi llega a sus propios oídos. Él trata de liberarse, luchando tan duro como puede, pero sus brazos todavía están atados por encima de su cabeza, las muñecas unidas por el agarre más fuerte del otro chico.

—M-Mika-

—Silencio. —El tono de Mika era frío como el hielo, su tono fue calmado pero logro congelarlo en su lugar como si le hubiera gritado.

Exactamente ¿Qué es lo que acababa de pasar?

Diecisiete años de edad, Yuuichiro Hyakuya paseaba por la calle con sus labios entreabiertos en un enorme bostezo.

Su uniforme negro desabrochado como siempre, su bolsa colgada de brazos cruzados a través de un hombro y sus ojos verdes estaban pintados con aburrimiento y algo de molestia

—Estúpido Guren —dijo, quejándose con nadie más que con si mismo—. Le dije que no tenía necesidad de ir a la escuela. Yo podría ayudarle a cuidar su tienda. ¿Cuál es el punto de ir a clases de todos modos? Estúpido.

Yuu paró sobre sus pies. A tan sólo un paso de entrar en la escuela, la cual se encontraba vacía considerando que todos los estudiantes que ya se había instalado en sus asientos, tomando notas para el primer período.

El moreno se dio la vuelta, sólo para ver a tres chicos con unos horribles cabellos blanqueados que lo miraban con sonrisas glotonas. Tenían piercings alrededor de sus oídos, probablemente para que se vean más intimidantes a lo que Yuu le resultó divertido. Bueno, para ser honesto, siempre era divertido para él cada vez que aquellos chicos se le cruzaban pensando que podían ganar una pelea contra el delincuente más rudo de la escuela Yuuichiro Hyakuya (auto proclamado, por supuesto, pero Mika estaría de acuerdo con Yuu si este le preguntara. Mika siempre estaría de acuerdo con todo lo que Yuu diga.)

—Oh, muchachos —dijo Yuu, sonriendo engreídamente—. No los he visto en un tiempo, bastardos. ¿Qué quieren? ¿Jugar por ahí?

—Vas a pagar con tu trasero lo que hiciste con nosotros la última vez —uno de los pandilleros, probablemente mayor que Yuu por diez años, hablo sosteniendo un bate de acero mientras sonreía como un loco—. No te vamos a dejar ir tan fácilmente esta vez.

—Cielos, ustedes son tan predecibles. —Yuu rió con voz alta y arrogante— ¿Y dejarme ir? ¿Seguros que no era yo quien estaba dejando a las niñas correr de nuevo con sus mamis?

—¡Tu bastardo-

El timbre de un celular con un tono especialmente seleccionado resonó a través del oído de Yuu. El chico de ojos verdes, todavía sonriendo ante sus oponentes, levantó una mano y casualmente dijo:—¿Puedes esperar un segundo? Recibí una llamada y la voy a tomar

Por el tono, Yuu se dio cuenta de quién era, incluso sin mirar el identificador de llamadas. Él siempre llama cuando Yuu no llegaba a la escuela a tiempo. —Mika, te preocupas demasiado, eres como una verruga

—¿Mika? ¿Es tu novia? —Uno de los pandilleros se burló de él—. Si no vienes con nosotros ahora, Yuuichiro, nos aseguraremos de hacerle daño a ella también.

Yuu rió de nuevo, esta vez un poco infantil —Hombre, confía en mí —respondió— Yo realmente te pagaría veinte dólares si pudieras ponerle una mano encima, —¡oh! ¿Mika?

—¡Yuu-chan! —La voz conocida de Mika se escuchó. Su voz y su tono parecía un poco maduro a comparación de los viejos tiempos en su infancia, pero la forma en que lo estaba llamando con ese apodo hicieron a Yuu querer sonreír. Algo que nunca cambió después de todo— ¡¿Dónde estás?! ¡¿Por qué no estás en clase?!