Confesión

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a Takeshi Konomi.

-.-Confesión-.-

—Debes hacerlo con más sentimiento —aconsejó Momoshiro.

—¡No es fácil! —se quejó Ryoma—. Che'...

—¡Se vuelve difícil porque no colaboras!

—¡Fue una mala idea desde el principio!

Ambos muchachos gruñeron por lo bajo.

Ryoma se cruzó de brazos, evidentemente molesto por la situación. Ambos estaban encerrados en ese salón de clases más de una hora, intentando buscar una solución a su problema. Normalmente no acudía a nadie para que le diera un consejo, y mil veces prefería hacerlo a su manera, pero el tema en específico, lo hizo buscar ayuda en su mejor amigo.

Necesitaba ayuda para preparar su confesión a Sakuno Ryuzaki.

Había terminado su temporada en Japón, y pronto volvería a Estados Unidos, tiempo que tenía programado para su propia carrera profesional. Sabía que no la volvería a ver por un buen tiempo hasta que regresara nuevamente al país, lo cual evidenció una actitud egoísta de su parte, y sintió una culpa latente en el pecho por no llenar las expectativas de la muchacha; sin embargo, pensó que debía hacerlo ahora, antes de salir de Japón. Era mejor que lo supiera ahora, que nunca saberlo, ¿cierto?

Después de la paradoja en el que estuvo por mucho tiempo, su camino a la iluminación se encontraba sentada en la silla, con una mano en la frente, al borde de la desesperación; Momoshiro Takeshi. Acudió a él al término de las clases, le manifestó su problema en cortas frases porque no quiso evidenciar muchos sentimientos, pero fue lo suficiente claro para que comprendiera. Como era de esperar de una persona sentimental, la respuesta de Momoshiro fue de lo más alentadora y positiva. Estuvo como una hora explicándole teorías amorosas que nunca pensó escuchar, y se preguntó si Momoshiro iba a clases o veía novelas todo el tiempo. Con todos los ánimos se ofreció a ayudarlo, hasta el punto de hacer surgir la idea más aterradora de todas y que los puso en aquella situación.

Probarían como era una confesión amorosa. Momoshiro actuaría como Sakuno, y él... sería él mismo.

Estuvo cerca de huir, hasta lanzarse por la ventana era mejor que estar en ese salón de clases, pero no pudo deshacerse del positivo muchacho que lo obligó a seguir con la idea, y peor aún, le dio un papel escrito con las frases que debía decir en su actuación. Maldijo miles de veces cuando salió por su boca un "me gustas" y se puso de color azul por el resultado. Pesó en desmayarse y acabar con la tortura.

—Hagámoslo una vez más —animó, Momoshiro—. Si no funciona, probaremos con otra cosa, ¡pero esfuérzate por hacerlo bien!

Che'...

Se arrepintió miles de veces por haber pedido consejo a su 'sempai'. En un suspiro cansino, tomó el papel que llevaba en la mano y no supo por dónde comenzar.

—Me gustas... —Trastabilló en una de las frases, y siguiendo el papel que tenía medio arrugado, prosiguió—: pensé que era el momento adecuado para que lo supieras y....

La puerta los alertó. Sorprendidos por la abrupta interrupción, ambos giraron la cabeza hacia el sonido, y vieron a una jovencita de largas trenzas viendo estupefacta por la puerta entreabierta.

Era Ryuzaki.

—¡Lo siento! —gritó, Sakuno, sumamente avergonzada—. No quise interrumpir.

La puerta se cerró, y los pasos de la muchacha desaparecieron en el pasillo.

—Eso no estaba en el plan —dijo Momoshiro, nervioso.

—¡Es tu culpa! —se quejó, Ryoma.

—¡¿Mía?! Te demoraste mucho en actuar tu parte. —Lo apuntó con un dedo acusador—. El que desea confesarse eres tú.

—Ese... ese no fue el problema.

—¡Diablos! —maldijo, ansioso—. ¡No te quedes ahí parado! —reprendió, Momoshiro—. ¡Ve a buscarla!

Se sobresaltó por el grito de su amigo. En un principio dudó en aceptar la orden, porque aún no estaba preparado, pero si no iba tras ella, se haría una idea equivocada. Sopesando la situación, abrió la puerta y empezó a correr en dirección a la sombra que se perdió entre uno de los pasillos.

Corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al pasillo. Obtuvo ventaja en las escaleras porque no se dio el trabajo de bajar una por una, en comparación con la muchacha, que parecía nerviosa en dar un mal paso. Saltó el barandal de las escaleras y estuvo al otro lado en un santiamén. En uno de los pasillos, logró alcanzarla, y tomándola de la mano, la detuvo.

—Ryuzaki —llamó—, te lo explicaré.

—No fue mi intención interrumpirlos —manifestó, nerviosa—. Si hubiera sabido que...

—¡Entendiste mal! —exclamó. Se puso de color azul porque era justo lo que temía.

—Yo... yo siempre estuve enamorada de ti, pero ahora que... ya no importa... —balbuceó entre dientes. Bajó la mirada, puso una mano sobre su rostro, y añadió—. Lo siento. S-Si te preocupa que se lo diga a alguien más...

Ryuzaki comenzó a lloriquear.

Su mente se fue por varios segundos, y cuando volvió en sí, se dio cuenta a lo que se refería. Ryuzaki se confesó con él, en lugar que fuera al revés. Hasta donde él sabía, no había hecho nada para merecerlo. Por otro lado, le causó gracia que fuera lo suficientemente inocente para creer lo práctica que hizo con Momoshiro en el salón de clases, y pedirle disculpas por la intromisión.

En una mueca de sarcasmo, se quitó su propia gorra de la cabeza.

—Tonta.

—¿Q-Qué?

Tomando fuerte la gorra, la puso en la cabeza de Sakuno, y bajó la visera completamente hasta que le cubriera los ojos.

—Ryoma-kun —se quejó. Puso sus manos sobre la visera para subirla, pero siguió cubriéndole la visión—. ¿Qué haces?

—Las palabras que le dije a Momoshiro. —Respiró profundo antes de seguir—. Eran para ti.

—Ryoma-k...

Se inclinó a besarla. No necesitaba decir más.

De nada le sirvió la práctica de su confesión.

-Fin-

N/A: Es la segunda historia para el evento. Tuve la idea inicial como una comedia, y en algún momento me perdí completamente. Soy mala para las confesiones -_-

¡Gracias por leer!



Momentos (Ryosaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora