CAPITULO 7

5 0 0
                                    

-¡Es aún más guapo de cerca!- Dijo Melissa <demasiado> entusiasmada.

Estábamos sentadas en mi cama, llevaba horas escuchando a Melissa hablar de su tarde romántica con Nicolas. Al parecer habían ido a caminar al río, mientras hablaban de la vida de Melissa y reían.

-Al principio fue un poco incómodo, es decir, nos acabábamos de conocer, no teníamos nada de qué hablar, pero después de un rato ¡No podíamos dejar de hablar ! Fue increíble.

-¡Te lo dije! Debiste haber hablado con él desde hace mucho tiempo.

Ella ignoró mi comentario. -Y cuando me llevó  a casa...- Se detuvo un momento y me miró con picardía. Yo no entendía por qué lo estaba haciendo.

-¡Nos besamos!- Finalmente gritó y comenzó a saltar en la cama mientras yo la veía estupefacta, es decir, se acababan de conocer, éste chico se había aprovechado de su locura y su <honestamente> desesperación.

-Vamos Amy ¿Qué opinas?- Ahora su mirada expresaba un poco de vergüenza, pero no arrepentimiento. Melissa nunca se arrepentía de nada. 

No tenía ni idea de qué decirle. Sabía que las intenciones de Nicolas no eran completamente buenas. Decírselo era como decirle a un pequeño que el Ratón Perez no existe, pero al no decírselo, entonces estaba engañando a mi mejor amiga. Pero... más vale una verdad que te haga feliz a una mentira que te haga llorar ¿No es así?

-¡Eso es increíble Melissa!- Dije sin una gota de verdad en mi voz. Pero al parecer, ella no lo notó.

Su sonrisa volvió a ser amplia y llena de ilusión.

Le pregunté que cómo había sido, y así pasé dos horas más de mi día escuchando sus románticas historias. Hasta que finalmente, tuvo que irse a casa, y yo a hacer mis deberes.


Para cuando había acabado, casi eran las 4 de la tarde, y yo estaba más hambrienta que nunca.

Bajé a la cocina y encontré a mi abuela cocinando algo que no podía distinguir, pero que olía delicioso.


-¿Qué estas cocinando abuela?- Le pregunté ansiosa. Se podía notar la desesperación en mi voz.

-Un pastel de carne querida.-Dijo mientras me pasaba dos platos de plástico.-Hazme un favor y ponlos en la mesa.

Sin responder, yo hice lo que me dijo y los puse entre los cubiertos que ya estaban ahí.

                                                                                             °°°°

Cuando acabé de comer subí a mi cuarto y decidí acostarme a descansar. Para entonces, ya casi eran las 5:30.

Me puse a pensar en Nicolas. Tal vez lo había juzgado muy rápido; tal vez sus intenciones con Melissa si eran buenas, y si no lo eran ahora, estoy muy segura de que lo serían después, era muy fácil llegar a querer a Melissa. Yo ya la quería como a una hermana y solo llevaba cerca de un mes ahí, y no era solamente por el hecho de que era prácticamente mi única amiga ahí; o porque pasara el 70%del tiempo de mis días con ella. Se que si en vez de ella hubiera sido cualquier otra persona, no sería lo mismo. Claro, también seríamos muy buenas amigas, pero no sería ni siquiera parecido.


Entonces recuerdo que Nicolas me había dicho que nos viéramos hoy en la casa del árbol. Dijo que a la misma hora, pero no recuerdo a qué hora nos habíamos visto la última vez, así que decido ir a esperarlo.

Cuando voy saliendo de mi cuarto pienso dos veces en si ir o no. Una parte de mi si quería ir, pero la otra. La parte orgullosa, creía que era una mala idea. Pero omití esa idea y salí de la casa sin más.

Estaba haciendo un poco de aire, y me maldije a mi misma por no haber traído un suéter. Pero no pensaba regresar, ya había caminado más de la mitad del camino.

Desde donde estaba, ya se podía ver a lo lejos la pequeña pero acogedora casa del árbol. Y debajo de ella, el caballo de Nicolas. No pude evitar la sonrisa que se dibujó en mi rostro. Entonces decidí que había sido una buena idea venir.

Mientras más me acercaba, tenía un presentimiento. No estaba segura de si era bueno o malo. Solo era un presentimiento de que algo iba a pasar.

Cuando por fin llegué, el caballo retrocedió un poco, de manera que se pudieron escuchar sus pezuñas contra el piso. Yo me alejé un poco como instinto, pero quería tocarlo. Así que me volví a acercar <ahora lentamente> y cuando estaba a punto de tocarlo, escuché un susurro justo atrás de mi. No logré entender lo que decía, pero si pude reconocer su voz. Inmediatamente me giré para encararme con él. 

Tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola.- Estaba demasiado cerca de mi.

-Hola.- Respondí alejándome.

-Se llama Toby. Dijo refiriéndose al caballo.-¿Quieres montarlo?

-¿Puedo?- Pregunté esperanzada.

-¿Puedes?- Dijo irónicamente. ¿Dudaba de mis habilidades? Que idiota.

-¡Claro que puedo!- Estaba un poco herida, pero en el buen sentido por su "pregunta" irónica.

-Ver para creer... ¿O no?-

-Entonces mira esto- Le di un sexy guiño y me volteé caminando completamente segura me mí misma hacia el caballo. Podía escuchar su risa desde atrás de mi.

Pero cuando intenté montarme en él, levantó sus patas delanteras mientras relinchaba.

Inmediatamente retrocedí asustada y tropecé con mis propios pies.
Ya podía anticipar el dolor en mi trasero cuando sentí las enormes manos de Nicolas sobre mis hombros, sosteniéndome.

-Toby no se deja montar por cualquiera.- Estaba riéndo, pero no de mi; sino de la situación.

-¿Estás diciendo que yo soy cualquiera?- Contesté fingiendo estar herida.

-Yo no- Dijo cerca me mi cuello.

Estaba mordiendo mi labio inferior sin darme cuenta. Cuando lo solté, giré mi cabeza sobre mi hombro, donde sus manos seguían apretándo, hasta encontrarme con su cara.

Me estaba mirando, y yo a él. Ninguno decía nada.

No estoy segura de cuánto tiempo estuvimos así, solo hasta que Toby agitó su cola, haciéndo que ambos volteáramos a verlo.


Ahora yo estaba montada en Toby mientras Nicolas caminaba junto a nosotros. 

-Me dijo que se besaron- Le dije con la intención de que me contara su versión.

-¿Eso te dijo?

-Si.

-Pues te mintió.

Dudé un segundo antes de hablar.-¿Por qué lo haría?

-No lo se. Yo apenas la conozco.

Me quedé pensando con el ceño fruncido hasta que entramos a un bosque, donde ya no se sentía el calor que estaba haciendo.

Nicolas me hizo una seña para que bajara del caballo, y yo lo hice. Él lo amarró a un árbol y siguió caminando; adentrándose en el bosque.

No pude hacer otra cosa más que seguirlo.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 23, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora