‡Welcome to the hell‡

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El frío de la noche le helaba hasta los huesos, las nubes que cubrían el ahora oscuro cielo daban un aspecto aterrador y cubrían el más mínimo rayo de luz de la luna, la oscuridad parecía querer ocultar cualquier rastro de iluminación y el viento de invierno soplaba con fuerza por las vacías calles causando un ligero silbido al roce con las ventanas cerradas de las casas alrededor.

Estaba nervioso, no podía negarlo. Pero no, no era por el aspecto tétrico que esas calles daban, ni por la ausencia de personas a tan altas horas de la noche . Si no que no sabía que hacer.

Estaba solo.. Ahora se daba cuenta. Su hogar, lo único que tenía, le había cerrado las puertas por su propia cuenta debido a sus constantes errores.

Sus padres...Para ellos él ya estaba muerto, no lo aceptarían ni aunque les rogara. Él había tomado las decisiones y ya no había vuelta atrás. Estaba perdido. Lo sabía, desde tiempo atrás sabía que terminaría así.

Sus ojos se llenaron de lágrimas pero las reprimió con un bufido de frustración. No debía ser débil, el era el único culpable de esto y no iba a ser débil ahora. Se lo merecía.

“Si alguna vez necesitas ayuda, no dudes en llamarme". Recordó, lo recordaba. Pero no quería, no se atrevía. 

Había hecho tantas cosas malas en su vida y no se quería ver envuelto de nuevo en problemas.

Eres un bastardo, no sabes hacer nada más que causar problemas". Era lo último que había escuchado de la que consideraba su única familia, la que lo refugió y procuró de él, antes de que lo arruinara.

¡Largo de mi maldita casa bastardo!". “Solo nos traes problemas todo el tiempo, eres un jodido error". Siempre terminaban echándole de sus hogares por sus problemas.

Problemas.. Siempre lo echaban por los problemas que traía consigo. Bien, si él mismo era un jodido problema, ¿Por qué intentar evitar su persona?. Una sonrisa burlona ocupó su rostro seguido de una risa amarga. Sin embargo eso no quitó el sentimiento de dolor que estrujaba su corazón sin piedad.

No los necesitaba, a ninguno de ellos, se intentó convencer a sí mismo. No necesitaba de nadie, de ahora en adelante lo llevaría claro en su pecho, solo pensaría con la cabeza fría, sin sentimientos de por medio, sin sentimientos de culpa en su ser, sin esa suciedad que carcomía su alma y lo atormentaba con sombras del pasado . Era problemático, ahora lo entendía, entonces era hora de desatarse por completo. Ya no tenía nada que perder. Ya no tenía a nadie.

Apresuró sus pasos hacia la dirección que había memorizado, el clima parecía empeorar conforme pasaba el tiempo al igual que su humor y una tormenta se asomaba por la desgastada ciudad.

Llegó a un callejón, paredes desgastadas y sucias, el suelo parecía querer colapsar en cualquier momento y el olor a alcohol y tabaco aturdía sus sentidos.

Había una fila por toda la calle saliente del estrecho callejón, caminó con seguridad hasta adelante de la fila recibiendo miradas molestas. Se posicionó frente a un hombre de complexión temible que no tardó en dirigir su atención a él después de dejar pasar al lugar a una pareja de adolescentes.

Su mirada era dura y no parecía nada amigable, tal vez molesto por los reclamos que la gente le daba al chico pelinegro frente a él.

-¿Te perdiste, acaso?.-Preguntó burlón con clara diversión en sus ojos.
Causándole ganas de golpearlo en la cara pero seguramente eso le traería problemas. Los cuales no necesitaba por ahora.

-Vengo a buscar a alguien.- Habló con voz firme, sus ojos fijos en los del guardia.

Una sonrisa satisfecha salió de los labios del moreno.
-Jungkook, ¿cierto?.- La respuesta de aquel hombre sorprendió a Jungkook.¿Por qué se sabía su nombre?.
-Te han estado esperando por casi un mes,¿lo sabías?.- Contestó aquel sin darle oportunidad al menor de preguntar. Asintió ligeramente la cabeza ahora un poco más relajado.

-Sí.- una corta respuesta.

-Adelante, puedes pasar. Espero que te diviertas .- Se río en su rostro haciéndose a un lado para dejarle pasar.

Una vez adentro se aturdió por completo, la música, las luces, todo aturdía sus sentidos. 
Lo inundó una oleada de humo de cigarro combinado con un fuerte olor a alcohol y otras sustancias desconocidas produciéndole una sensación  de mareo y lo siguiente que supo era que estaba apunto de estrellarse contra el suelo.

Unas manos sostuvieron su cintura atrayéndole a si. Sus ojos se encontraron con los de aquella persona que sonreía con superioridad.

-Sabía que volvería a verte, ¿se puede saber a que se debe tan placentera visita?.- su voz era suave e incluso parecía amable.

-Yo..yo..- Intentaba articular pero le era imposible, solo un suspiro abandonó sus labios.
-He quedado sólo.- dijo en un suave susurro casi inaudiblemente, mientras esa sensación de picor en sus ojos volvía.

-Ohh, ya veo- fue la única respuesta que obtuvo, sintió su mano sobre su muñeca y ya estaba siendo arrastrado por los pasillos de la gran discoteca hacia la planta alta.

Nunca había entrado hacia esa zona, ni quiera cuando solía ir a divertirse a la mejor discoteca de la ciudad, no dejaban pasar a cualquiera, ni siquiera sabia si dejaban pasar a personas.

En la puerta había otro guardia que al recibir un asentimiento del chico peliverde que lo arrastraba abrió la gran puerta de metal ocasionando un sonido estrepitoso.

Lo que había dentro era.. Increíble. Parecía otra discoteca, solo que más refinada y  lujosa.

En la barra de frágil cristal con atractivos relieves rodeada de asientos de madera pura se encontraban los camareros que se encargaban de hacer las bebidas mediante emocionantes espectáculos y trucos capturando la atención de las personas, los miniescenarios de neón parecían irreales con lámparas colgando arriba de ellas y pequeños sillones frente a cada cubículo, la enorme pantalla a un lado con karaoke, la pista de baile estaba repleta de hermosas luces neones y tenues, la música estaba en el volumen perfecto, a un lado; algo apartados estaban hermosos sillones de diferentes tamaños en donde la gente conversaba amenamente con mesas de cristal de colores alrededor , al fondo estaba un pasillo de habitaciones, todas con puertas doradas  y alrededor de toda la habitación había hermosas sillas de cristal con sus respectivas mesas de diferentes colores neón.

Todo se veía más lujoso de lo apropiado para un sitio de este tipo. Pero aún con esa exquisita y delicada decoración que hacía ver el lugar como el paraíso había algo que corroía aquel ‘ameno' ambiente, algo que helaba sus huesos y lo hacía estremecer, algo que aceleraba sus latidos y detenía su respiración, como la adrenalina, una sensación de peligro y miedo. Miedo a una nueva vida. Vida que comenzaba a partir de este momento.

Aún aturdido por la vista sintió una respiración aproximándose a su cuello para después susurrar.
-Bienvenido al Infierno, Jungkook. Tú nuevo hogar.

†"House Of Cards"†[Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora