Love You, Good Bye -Larry Stylinson-

Capítulo 5

-Harry, hora de despertar.-

El rizado gruño y se comenzó a remover en la cama.

-Cinco minutos más.-pidió aún con los ojos cerrados.

-Sólo cinco, Harry.-escucho la voz de su madre y después su puerta cerrarse.

-Sólo acepta los cinco minutos, porque sabe que ya no podré dormir.- se quejó el rizado arrojando el edredón fuera de su cuerpo.

Se levantó a regañadientes y alejando sus rizos de la cara, camino hasta su armario tomando unos pantalones negros, una camisa blanca con cuello en V y sus botas negras.

Se cambió aún con el sueño encima y salió de su habitación, camino al baño y se detuvo frente al espejo.

-Oh Dios.- su cabello estaba echo un desastre y tenía ojeras.

Se las ingenio para arreglar la mata de rizos y lavó su cara con agua fría para despertar.

Salió del baño y pego un grito que retumbo por toda la casa.

-¡Gemma, casi me matas de un susto!.-

La chica estaba frente a él con cara de pocos amigos, su cabello incluso peor que el de Harry.

-Graciosito.-gruño y le pegó un empujón a él rizado abriéndose paso al baño.

-Amargada.-murmuró el rizado y bajo las escaleras.

-Buenos días, mi amor.-

-Buenos días, Mami.-el rizado se acercó y dejó un beso sobre la cien de su madre.

-Por qué haz gritado?-

-Gemma.-

Su madre río y siguió preparando él desayuno.

El rizado tomo asiento en la barra, como de costumbre.

-Aquí tienes cariño.-su madre dejó frente a él un plato con tortitas y un jugo de naranja.

-Gracias Mami.-

El rizado comenzó a comer y a los pocos minutos bajo Gemma, completamente cambiada y radiante.

-Buenos días.-saludo a ambos con un sonoro beso en la mejilla, dejando extrañados a él rizado y a Anne.

-Todo bien Gemma?-

-Todo hermoso, mamá-

Ok, algo pasa. Naturalmente la joven sólo se dedica a gritar un "Buenos días, familia!", Harry sospechaba algo pero decidió no hablar.

Con una siemple mirada, madre e hijo entendieron que no deben preguntar hasta que ella quiera hablar.

-Mamá, Estás tortitas están deliciosas.-comentó la castaña.

-Comienza a darme miedo.-susurro el rizado.

Anne les dedico una sonrisa a ambos, sus pequeños ya estaban creciendo, pronto volarán del nido.

-Vamos chicos, se les hará tarde.-

Harry terminó de desayunar y subió corriendo a lavar sus dientes, las mentas de Gemma lo estaban volviendo loco.

El sabor de estas, simplemente ya le molestaban.

Al bajar a la estancia ya con su mochila sobre su hombro, Gemma subió corriendo a darse un retoque.

-¿Retoque?-

-Cosas de chicas, Harry-

-Desde cuando Gemma hace esas cosas de chicas?-