Capítulo 1

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Esta historia está siendo editada, los capítulos estarán totalmente reescritos, hay nuevos diálogos y nuevas escenas que en su momento no pensaba en poner. Disfrútenla.

CAPITULO 1:

Después de tres meses, volví a escuchar el horrible sonido de mi despertador, lo paré de mala gana e hice el ritual que todos hacemos antes de levantarnos, miré mi teléfono, tenía muchísimos mensajes de mis dos mejores amigos, Leila y Noah. Decían que me apurara en levantarme que si no llegaríamos tarde.

Desde que me saqué el carnet de conducir no les he vuelto a ver caminar, por cualquier cosa me llaman para que los lleve, malditos aprovechados.

Les contesté para poder empezar a vestirme.

Un rato después ya desayunada y vestida, conducía hacia la casa de Noah, al llegar toqué la bocina tres veces para que supiera que era yo y se diera prisa, salió corriendo como de costumbre, este chico siempre está tan activo... No le entiendo.

Se sentó en la parte del copiloto enviándome una mirada desafiante.

– ¿Qué? – dije, inocentemente.

– Dominic cariño, ¿Sabes la  hora que es? – Le miré mientras ponía el coche en marcha –  Son las 6:57, vamos a llegar muy tarde, lo sabes ¿no? – Suspiró – No entiendo como sigo siendo tu amigo.

– Tampoco nos vamos a morir por llegar un pelín tarde.

– ¿Un pelín?

– Además, eres mi amigo porque me amas – Él sonrió de medio lado.

En nada nos pusimos en casa de Leila, ella esperaba en su portal. Según nos vio caminó desganada hacia el coche, ella es todo lo contrario a Noah, se toma la vida muy tranquila.

– Primer día de instituto, genial – Dijo con sarcasmo mientras se ponía en los asientos traseros.

– Piensa Lei, volverás a ver a Nico – Dijo Noah.

– ¡Bendito sea ese hombre! Debería ser ilegal ser tan sexy.

Noah y yo reímos.

Frené de golpe, impacientes esperábamos a que la señora con su carrito pasara, muy lentamente me daba la sensación. Leila se asomó por la ventana.

– ¡Más sangre señora por favor, me voy a hacer vieja esperando por usted!

– ¡Leila! – Espeté – No era necesario hacer que medio barrio nos mirara.

– Bah – Contestó desganada.

Sonreí y presioné el acelerador, no puedo con esta niña.

Llegamos después de parar como tres veces más, ¿Hoy era el día nacional de señoras cruzando por el paso de peatón? Joder. Aparqué en la zona reservada para el alumnado, las clases habían empezado hacia veinte minutos, empezamos bien el curso...

Salimos corriendo del coche, a medio camino me fije que deje las llaves puestas y mi mochila en el portabultos.

– ¡Sigan sin mí! – Se giraron y Noah asintió por los dos.

En fin, ya iba a llegar tarde, ¿para qué me voy a meter prisa? Fui tranquila al coche, quite las llaves y cogí mi mochila. Al cerrar el portabultos vi a un chico con cara de estar muy perdido, me acomodé la mochila en el hombro y caminé hacia él.

– Te veo perdido, ¿eres nuevo? –  Él se sobresaltó y miró hacia mí, aguanté la risa.

–  Si, ando bastante perdido – Se rascó la nuca.

–  Vamos te acompaño –  Le hice señas para que me siguiera.

– ¿De verdad? Muchas gracias – Dijo mostrándome una sonrisa.

– De nada. ¿Qué clase te toca?

Se metió la mano en el bolsillo y saco un papel arrugado.

– Clase 225 – Dijo volviéndose a guardar el papel en el bolsillo.

– Oh, matemáticas avanzadas, Qué eres ¿Una especie de cerebrito?

– Algo así – Él sonrió y yo me reí.

Caminamos hacia el piso de arriba que es donde se encuentras las aulas de clases avanzadas.

– Pues aquí es chico sin nombre.

– Perdón, soy Ethan – Me extendió la mano.

– Dominic – Se la estreché – Encantada y ahora me retiro.

Cuando me di media vuelta él me agarró del brazo.

– Espera.

– Humm – Le dije

– ¿Te importa enseñarme después el instituto? Es decir, para no andar tan perdido.

– Oh bueno... – Miré mi reloj – Vale, nos vemos en la cafetería – Me miró alzando una ceja – Abajo a la derecha.

– Gracias – Se dio la vuelta para entrar a su clase, dejándome una buena vista de su trasero, que injusticia, es mejor que el mío.

Me fui directamente a clases, aunque mucho no iba a dar, la siguiente hora es en quince minutos. A paso ligero pensaba en el nuevo, esa cara me sonaba muchísimo, me da la sensación de haberlo visto en algún lado. Tiene una cara muy bonita, muy agradable a la vista.

Sin tocar la puerta entré a mi clase, el profesor me miró mal, si las miradas matasen... Le hice un gesto con la mano para que siguiera la clase como si yo no acabara de entrar, me senté en mi sitio y coloqué mis cosas. Leila arrastró una silla y se sentó a mi lado interrumpiendo de nuevo la clase, pero a ella le da bastante igual.

– ¿Dónde estabas?

– Acompañé a un nuevo a su clase.

– ¿Estaba bueno?

Leila siempre igual.

– Como dices tú, debería ser ilegal el ser tan sexy.

– Yo quiero ver eso.

Y como no, puso esa sonrisa malvada junto con aquella cara pervertida que a mí me hacía tanta gracia.

****

Foto de Ethan en multimedia.

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