Los achinaditos ojos de XiuMin se abrieron de par en par como platos al escuchar la pregunta de su secuestrador, haciendo que su corazón palpitase con fuerza, casi queriendo salirse de su lugar. Su respiración se tornó entrecortada, pues era imposible para él. Imposible que ese ser tan malo, pervertido y malévolo fuese aquél chico tan apuesto que le regalaba flores arrancadas del jardín casi todos los días, que lo hacía sentir por primera vez querido, pero que nunca pudo hacerle caso. No, imposible.
-¿Entonces...? ¿Me recuerdas o no? -Cuestionó Chen, sus manos sudaban frío y temblaban sin cesar, en señal de los increíbles nervios que estaba sintiendo en ese momento.
-Yo... N-no, no puedes ser tu. -Contestó XiuMin en un suave susurro, aún sin creerlo. Se muerde el labio superior y se remueve un poco.
-Claro que soy yo, idiota. -Murmura Chen algo molesto. Sí, quizás había cambiado, pero tampoco era para que exagerara tanto. -Mejor cambiemos el tema, ah... Por cierto, hoy iremos a cenar junto con mi padre y con los demás secuestradores y secuestrados, más vale que te comportes si no quieres pasarla igual o peor que KyungSoo.
-N-no quiero ir a comer... -Susurra XiuMin. La verdad es que ni siquiera tenía apetito, además de que todabía estaba sorprendido de lo que se acababa de enterar hace tan solo cortos minutos.
-No te estoy preguntando, te estoy diciendo. -Chen rodó los ojos. La verdad es que estaba comenzando a perder la paciencia. -Iré a buscar algo de ropa para vestirte, quiero que estés hermoso y que los demás tengan envidia por tener a un secuestrado jodidamente sexy. -Dijo Chen con una sonrisa dibujada en sus finos belfos.
MinSeok solo se quedó callado, tratando de ignorar las últimas palabras de su secuestrador. En cambio JongDae seguía hablando de lo hermoso que quería que se viera XiuMin, mientras se acercaba a buscar ropa en el gran ropero que se encontraba en la habitación. Sacó unos jeans ajustados negros, al igual que sacó una camisa negra y unos zapatos cómodos. Se acercó a su víctima y le quitó la toalla, apreciando ese hermoso cuerpo que hace unas horas fue suyo. Se relamió los labios y lo jaló del brazo hasta dejarlo sentado.
-Si no cooperas, será más difícil. -Susurró Chen al oído del más bajo, para luego ponerle la ropa interior y la camisa, luego el pantalón y finalmente los zapatos. Lo jaló de la mano y lo llevó frente a un gran espejo.
-N-no me gusta esta ropa, no me gusta este lugar, tampoco me gustas tú, ¡Te odio! Ojalá nunca hubiese estudiado en el mismo lugar que tú, ojalá te hubieses muerto cuando me salvaste, infeliz. -Dijo MinSeok lleno de rabia. La sangre le hervía y no podía pensar bien en sus palabras.
JongDae se quedó quieto. Dolido, herido por las palabras del más bajo. Su corazón se había detenido y roto en mil pedazos, sintiendo como si le metieran varias puñaladas, como si enterraran alfileres uno por uno en su pecho. Chen le había salvado la vida a XiuMin cuando eran pequeños, y él lo quería muerto. Si daba una mirada al pasado, podía recordar perfectamente aquella vez en la que un auto iba pasando y se había tirado contra él, empujando el frágil cuerpo de XiuMin para que no saliera lastimado.
-Te odio, maldito... Joder, te odio. -Seguía gritando XiuMin entre sollozos de tristeza y dolor. Seguía con rabia, por lo que se armó de valor y escupió el rostro de su secuestrador. -Basura, te odio...
Chen cerró los ojos al sentir la saliva del menor en su rostro, eso había dolido aún más, y lo peor, había logrado encender en él aquella llama de rabia.
-¡Basta! Cállate. -Grita Chen, mientras sus manos se cerraban en puños, golpeando el rostro ajeno con fuerza.
-Uhg... -Un sollozo escapó de los belfos de MinSeok cuando sintió su rostro doler ante la fuerza brutal de su secuestrador contra sus delicadas facciones, sintiendo también un poco de sangre bajar por su nariz.
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Obey To Survive / ChenMin
FanfictionObey To Survive. XiuMin es un chico normal, tranquilo y sumamente callado. JongDae es uno de los mejores secuestradores de Corea Del Sur. Un secuestro, un amor olvidado y muchas emociones juntas.