VII. Yo nunca me fui...

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     Después de guardar en un lugar seguro ambas cartas que el mas pequeño le había obsequiado, JongIn y Jessica se marcharon al restaurante donde, se encontrarían con los padres de la muchacha. Unos señores algo anticuados pero que rápidamente se volvían amigables, según esta le había explicado durante el viaje en coche.

     No tardaron más de un cuarto de hora en llegar, habría transcurrido todavía menos si las calles no hubieran estado repletas de jóvenes parejas que paseaban su amor en las narices de los más mayores, los cuales los observaban con expresiones de desagrado. A la entrada del lujoso recinto les tomaron los abrigos y los condujeron hasta una mesa que los recibía con dos enormes sonrisas.

     Jessica saludó primeramente a sus padres, hacía milenios que no los veía, exageración por parte de la muchacha. Seguidamente presentó al moreno, «Kim JongIn», dijo. Este besó la mano de la señora y dio un apretón de manos al hombre. Todos se sentaron y empezaron a conversar. Jessica había decidido obviar el detalle de que ahora vivían juntos y se lo hizo saber a JongIn con varias indirectas. Seria mejor que sus padres no supieran nada por el momento, ellos no verían bien que lo hicieran (vivir juntos) sin estar casados.

     El hombre, por su parte, mediante indirectas, (indirectas; eso le recordaba tanto a Jessica. Definitivamente ellos dos eran padre e hija) dejó claro al moreno el hecho de que «si dañaba a su hija, él lo dañaría a él» en ese instante no pudo evitar tragar saliva y bebió de un trago medio vaso de agua.

     La señora, en cambio, se limitó a desearles buena suerte en su relación. JongIn le parecía un buen chico, dijo y no comentó nada más.

- ¿ Trabajas, JongIn ? -soltó el hombre en medio del postre-.

     El joven no estaba seguro de la respuesta que debía dar. Realmente él no trabajaba, tampoco iba a la universidad, como el resto de chicos de su edad. Había abandonado sus estudios para empezar su carrera como bailarín, aunque era mas duro de lo que creía. De momento vivía con el dinero que sus padres le enviaban cada mes, ya que, ellos pensaban que JongIn estaba en una universidad en Seoul. Eso era lo que había dicho. No obstante, él pasaba los días en una escuela de baile.

- Soy bailarín -dijo finalmente-.

     Ambos adultos se miraron, la señora, con una ceja levantada, soltó;

- ¿ Bailarín ? ¿ Eso es una profesión ? -dio un trago al liquido transparente que había en su copa- Creía que tan solo las personas del circo hacían eso -dejó salir una risita-.

     El moreno frunció el ceño, pero el rostro de Jessica, que le imploraba perdón, lo hizo decidir dejar pasar el comentario de la señora. De todos modos, sus padres dirían lo mismo, así que no tenia derecho para quejarse.

- No seas así mujer, -dijo el hombre- deja al chico tener hobbies. Seguro tiene algo planeado, cierto ? -se dirigió al moreno-.

- Si -mintió-.

***

-

Siento el comentario de mi madre.

     Habían llegado a casa. Después de tomar unos cafés y charlar sobre los actores del momento y sus pésimas actuaciones, según la señora, se despidieron de los dos adultos, que debían tomar un avión de regreso a Hong Kong.

- No te preocupes, ya sabes que mis padres son iguales, así que descuida -dijo el moreno mientras se desvestía y empezaba a buscar su pijama-.

     «No está» se dijo.

- Jess, ¿ viste mi ropa ? No encuentro el pijama.

- Si, lo metí a lavar, estaba sucio -decía mientras peinaba sus cabellos- si no tienes nada usa alguna camisa mía, de seguro tenemos la misma talla -rió-.

     El joven soltó una risa burlona y rebuscó en el armario de su novia. Todo era tan... Rosa. Cogió la única camiseta ancha que no era de ese color. Una camiseta negra con el letrero «Is my girl» escrito en blanco, centrado en medio de la tela. También encontró unos leggins negros, decidió probárselos, le preocupaba el hecho de que le quedaran tan jodidamente perfectos.

- Kai ! -dijo soltando el peine y haciéndose un moño- esos pantalones... A mi no me entran !

- De verdad ? A mi me van anchos ! -rió-.

     La muchacha bastezó.

- Tienes sueño ? -dijo el joven bostezando también-.

- ¿ Sabes que ? Dicen que cuanto mayor es el vinculo entre dos personas, mas frecuentemente se contagia el bostezo -sonrió-.

- ¿ De verdad ? Vaya, entonces nuestro vinculo debe ser súper fuerte -rió-.

- Sipi -dijo y se lanzó encima de la cama- ahora a dormir, me estoy muriendo !

- Y yo... -se tumbó junto a ella-.

     Era la primera vez en dos años en que el moreno no dormía acompañado de KyungSoo, y como temía, le costaba horrores conciliar el sueño. Estaba tan acostumbrado al aroma a rosas que el pequeño desprendía y al calor de sus abrazos que ahora no podía dormir de otro modo. Se sentía tan frío, aun más por el hecho de estar en pleno Diciembre.

     Estuvo dos horas dando vueltas en la cama, mientras Jessica dormía plácidamente a su lado. Cuando cerraba los ojos le daban jaquecas. Pasó toda la noche en vela, y cuando el cansancio era tan grande que su cuerpo ya no sentía ningún dolor y conseguía dormir, sentía el aroma a rosas y despertaba murmurando su nombre, aturdido, decidió no volver a dormirse, sería difícil de explicar algo así a Jessica, si lo descubría.

***

- Kai, despierta -besó sus labios- vamos bebé, no seas vago.

     El moreno abrió los ojos como platos sorprendido por la voz que lo despertaba de su trance, una voz tan conocida.

- Kyung, ¿ que haces aquí ? -exaltado, tocó su rostro, quería asegurarse que fuera real- eres real, estas aquí, volviste... -sonrió-.

- Kim, mi amor, sabes que yo nunca me fui -colocó su mano sobre el pecho del moreno y le dedicó una cálida sonrisa-.

- ¿ A que te refieres ? -no optuvo respuesta, era como si se hubiera petrificado, el tiempo se había detenido- ¿ KyungSoo ? ¡ Kyung ! ¡Kyung !

      JongIn despertó con la respiración acelerada, miró a todos lados, Jessica seguía durmiendo, tranquilamente. El joven respiró hondo y soltó el aire de golpe.

«Sabes que  yo nunca me fui»

[EN EDICIÓN] ❣️|| Is Not Friend. Is Boyfriend. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora