Capitulo 32.

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___ no podía creer lo que había escuchado. ¿En
verdad él deseaba que lo besara? No lo podía
creer... era algo irreal. Siempre se imagino lo que
sería besar sus labios pero jamás pensó que podría llegar a hacerlo en verdad.

Observo como los ojos de Alonso se desviaron hasta sus labios.
___ desvió su mirada
también a los labios de el. Su corazón le latía a mil por hora, no podía creer que en verdad estaba a punto de besar a la persona a quien más amaba en el mundo.

Sus ojos se cerraron a la misma vez que los de Alonso. Cada vez sentía más cerca la respiración hasta el punto en que sintió como sus
labios rosaban los de él.
Era algo mágico.
¡Estaba super nerviosa!
Fue entonces cuando se disponía a sellar sus labios con los de Alonso que escucho el ruido de una puerta al abrirse.

Enfermera: ¡¿Qué cree que está haciendo?! -le dijo.

___ inmediatamente se separaron. Tenía los
ojos bien abiertos. Aquella mujer la había tomado
por sorpresa, jamás se imagino que podrían
atraparla... pero bueno, tendría que haberlo
pensado mejor.
Las enfermeras deberían de tener un nuevo horario y debido a su ausencia no pudo aprendérselos.

___: Lo-lo lamento -dijo avergonzada.

Alonso no podía creer la situación. ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo cuando iba a besar a la chica de sus sueños?

Sus dedos se movieron débilmente y pudo sentir
la mano de ella. Sin pensarlo un segundo sus dedos trataron de tomar la mano de ___ pero el era muy débil. Apenas podía apretar sus
dedos.

Enfermera: Váyase ahora mismo -le exigió mostrándole la puerta.

Alonso no deseaba que ella se fuera, no estaba
dispuesto a dejarla ir pero cuando ella dio un paso
adelante sus manos se separaron. ¿Por qué tenía
que estar tan débil? ¿Por qué cada vez que deseaba estar con ella algo los separaba y él no podía hacer nada?

Alonso: N-no te vayas... -le suplico.

___: No me iré. Te prometo que me quedaré ahí afuera -sintió como la enfermera prácticamente la sacaba a patadas de allí dentro, pero antes de salir por la puerta vio el rostro triste de el-.
¡No me iré! -volvió a repetirle para que él
comprendiese que ella no tenía pensado abandonarlo de nuevo.

___ se volteo para decirle algo pero la puerta se cerro de un portazo.

___: Lo prometo -dijo hablándole a la puerta.
Se sintió molesta por la actitud de aquella
enfermera, no tenía derecho a sacarle de aquella
manera.
Ella entiende que no se podía entrar debido al estado de Alonso pero no tenía porque hablarle de mal modo.
Busco en su bolso una pequeña libreta que
siempre llevaba consigo por si se le presentaba
un caso de emergencia o si por alguna razón tenia que anotar algo. Tomo el bolígrafo negro y
escribió en una hoja limpia dos palabras. Trato
de hacerlo lo más grande posible y luego las
remarco bien fuerte para que pudiesen ser leídas
desde lejos.
Una vez que termino camino con paso firme hasta
llegar a la ventana que daba a la habitación de Alonso.
Se asomo por el costado para ver dónde estaba la enfermera y pudo ver que esta estaba de espaldas a la ventana, arreglando el suero y colocando más medicamentos a las bolsas ya casi vacías.
No tuvo que hacer muchos movimientos para
llamar la atención ya que Alonso volteo su cabeza
para mirar por la ventana. Sus ojos estaban apenas abiertos, en cualquier momento se quedaría dormido por los narcóticos.

Pero cuando sus ojos observaron el rostro de ___, intento mantenerse despierto, luchando contra los efectos de la medicina.
Ella le sonrió y pego contra la ventana la pequeña
libreta en dónde ella había escrito.
Primero pensó que debido a su estado, él no alcanzaría a leer pero sus dudas se fueron cuando vio una sonrisa en el joven.

Manipulado. | (Alonso Villalpando y Tu) | CD9 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora