Todavía no sé qué se me pasó por la cabeza cuando acepté esa maldita apuesta, ya que llevo las de perder. Él en verdad es demasiado atractivo a los ojos de cualquier adolescente hormonada, como es el caso. No sé por dónde empezar, para ser sincera. Tiene el porte de un ángel guardián, aunque esté tatuado, ya le preguntaré el porqué; una espalda ancha, unos brazos en los que me encantaría ser arropada y esa actitud arrogante reafirmada con unos rasgos bien acentuados que te hacen caer directa a sus ojos, esos ojos que parecen un mar inescrutable, son de un azul que nunca había pensado que llegase a existir; después, bajamos a esa preciosa sonrisa arrogante que siempre está perfilada por sus labios, que parecen estar tallados en mármol, la verdad, son bastante apetecibles ~ pero, ¿qué estás diciendo? -me grita mi yo interno- no puedes enamorarte de él, y menos aquí, ya que por lo que te ha dicho, recuerda, aquí el tiempo no es igual al del mundo de los vivos, y sólo falta que te enamores y que cuando tú te sepas defender aquí por ti misma lo envíen a ayudar a otros que le necesiten, así que no seas tonta. ~ Ese extraño ser es demasiado sexy, así que tendré que llevar cuidado con él. Además, no sé ni su nombre.
Este lugar es bastante extraño, es como mi ciudad, pero fantasma, algo lógico. Lo raro es que no hay nadie además de mí y del rarito, lo que resulta bastante inquietante. Ayer, él me acompañó hasta mi casa en versión espectral y cuando desapareció y me puse a recapacitar sobre lo ocurrido, me derrumbé.
No volveré a ver a mis padres, ni a mis amigas y lo más importante, a mi hermana; no podré verla crecer y sentirme orgullosa de ella, llorar con ella por su primer amor ni darle los consejos que se merece por ser la peque, eso será lo más difícil de estar aquí, lo sé.
Es raro estar tumbada en mi cama, sin mi hermana molestando y mi música resonando por la habitación. Y, me vuelvo a derrumbar. Esto es horrible, estoy sola. Y, lo peor, nadie me puede sacar de aquí.
De un momento a otro siento unos brazos arroparme, y me dejo abrazar, mientras sigo llorando como no lo he hecho en años.
-No llores, las lágrimas no acompañan a tu sonrisa, pequeña.
Y esa simple frase, me hace llorar más.
-No, no, por favor; pequeña, ¿qué puedo hacer para que dejes de llorar?
-Nada, ese es el problema, no hay nada que hacer.
-Cómo me gustaría poder cambiar las cosas, pero desgraciadamente, no tengo esa posibilidad en mis manos, pequeña.
Y me abraza más fuerte, mientras me acurruca en su pecho. Su olor es reconfortante, y consigue hacer que me tranquilice, me siento algo mejor, pero en verdad estoy destrozada. Sé que él lo nota, pues deposita un pequeño beso en mi pelo, mientras que desliza su mano por mi espalda en lo que sé que es un intento desesperado por tranquilizarme. Es verdad él puede ser muy dulce, y me lo está demostrando en este momento, podría haber sido así desde el principio. Pero, mejor no me mareo, está aquí, apoyándome, consolándome y tranquilizándome y eso le hace adorable.
~ Sin ese pequeño consuelo que me has ofrecido ahora mismo yo estaría volviéndome loca, así que gracias.
Gracias, pequeño loco, gracias de corazón. ~
•••
"Calla, calla, princesa,
En caballo, con alas, hacía acá se encamina,
En el cinto la espada y en la mano el azor,
El feliz caballero que te adora sin verte,
Y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
A encenderte los labios con un beso de amor".
Mi poema favorito, bonito y paradójico, como en realidad es todo. Nos pintan un cuento perfecto en el que un príncipe perfecto se enamora de una princesa con alguna debilidad, aún sin haberla visto antes. Por eso me encanta, es tan perfecto y falso a la vez que resulta encantador, todos queremos ese final feliz que nunca sabremos si llegará...
Yo creía que Zack sería mi amor verdadero; y aquí, me encuentro en los brazos de un ángel verdaderamente bello, cayendo en un profundo sueño.
~Intento correr, pero estoy paralizada. Mis pies no responden y parece que estoy pegada al suelo.
Todo es negro. ~
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Fallen Angel
Teen FictionSiento decirte esto, pero has muerto, has caído en los verdaderos brazos de Morfeo, unos brazos de los que no despertarás jamás. Te preguntarás quién soy, pues soy un ángel caído, y estoy aquí para llevarte al lugar donde yacen todos aquellos que un...