ART SCHOOL

PILOTO

Elizabeth despertaba por la emoción, su primer día en el Art school, no sabía que le esperaba, pero si sabía que se esforzaría para conseguir sus sueños y eso nadie se lo quitaría de la cabeza. Se paró de la cama y se fue a la ducha, tomó un largo pero relajante baño. Luego salió y se puso algo sencillo, que consistía en unos pantalones de mezclilla, una playera blanca, una chaqueta café y sus botas a juego. Salió de su recamara para encontrarse con muchas cajas esparcidas por su nuevo departamento, ya tendría tiempo de arreglar todo el fin de semana. Tomó sus cosas y salió del apartamento. No podía creer que la aceptarán en una escuela de tal prestigió, Además de aceptarla, le habían proporcionado un departamento, no era lujoso pero al menos era espacioso y con una vista fantástica. Salía del edificio "A", cuando una voz surgió de los parlantes esparcidos por todo el campus. "Se le pide a todo el alumnado que se reúna en el auditorio en 30 minutos, donde se les entregarán sus horarios y uniformes de acuerdo a las clases que hayan escogido, gracias por la atención". Se puso en marcha hacia el auditorio, ya desayunaría en la cafetería del auditorio o algo por el estilo.

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Nathaniel se encontraba sentado bajo la sombra de un sauce, cuando los parlantes anunciaron que en 30 minutos todo el alumnado tendría que presentarse en el auditorio, bajo la mirada de nuevo al libro de cinematografía que tenía en las piernas, pero antes de bajar por completo la mirada, algo o más bien dicho alguien, lamo su atención. Una chica de mediana estatura, esbelta y de cabellos rojos, caminaba pausadamente, casi como en cámara lenta ante sus ojos, nunca había visto tanta belleza en una sola persona. No la dejo de ver ni un segundo mientras se alejaba hasta que alguien carraspeo a su lado. Pegó un pequeño brinco del susto, al voltear se encontró con su gemela Caroline, tan sonriente como siempre.

-Y a quién mirabas?- pregunto mientras mordía su manzana verde.

-No miraba a nadie, porque preguntas?- dijo volviendo a su lectura, que pronto le fue arrebatada por su gemela. – Oh, vamos devuélveme eso ahora, ya te dije no veía a nadie!- Contestó un poco frustrado, pues no era la primera vez que su hermana lo molestaba hasta el cansancio.

-Bien, no me quieres decir, es que acaso se perdió nuestra confianza de gemelos...Bien, quieres que te deje en paz! Lo haré.- Caroline se paró indignada, pero su hermano ya conocía bien sus estrategias para sacarle la sopa. Se dispuso a marcharse pero Nathaniel fue más rápido y la tomo del brazo.

- Vamos, no seas exagerada, anda hay que ir al auditorio!- le paso un brazo por el hombro y con su brazo libre le despeinó el cabello.

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Edward estaba comiendo un hot-dog, cuando una chica de cabellos color caoba se le acercaba, sus nervios estaban al mil, ninguna chica nunca se le había acercado. La chica, poco antes de llegar a él, se desvió y se acercó a una chico de cuerpo trabajado y ojos claros, Edward, soltó un suspiro y terminó su desayuno, caminaba al auditorio, cuando una chicos en patineta, pasaron a su lado gritando cosas obscenas a todas las chicas, el jamás haría eso, además de desarrollar más su voz, este año también trabajaría su cuerpo y no para gustarle a las chicas, sino para gustarse a sí mismo.

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James apenas despertaba, sentía un el brazo pesado, al abrir sus ojos, se encontró con la chica que había "conquistado" la noche anterior, era muy bonita y al parecer en menos de una hora había caído rendida a sus pies. La despertó sin mucho cariño y le dijo que se marchase, pues él tenía que cambiarse y se le había hecho tarde.

Terminó de arreglarse y salió de su apartamento. No le faltaba mucho para llegar al auditorio, cuando vio a una chica, de cabellos negros, pensó ir a hablarle, pero vio que llegó junto a un chico que se encontraba sentado bajo un sauce con la mirada perdida entre la multitud. Ni modo, hay más chicas.