Cap. 2: No quiero dormir

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Capitulo 2: No quiero dormir.

Su cuerpo se mantenía quietamente cautivo a una silla, el aire pesadamente helado penetraba sobre su ser, podía ver su aliento, hacia demasiado frío incluso para la resistencia de su cuerpo, sentía como lentamente la sangre dejaba de recorrer sus extremidades, aquellos hizo que su respiración aumentara gradualmente, pero lo peor es que no se veía atado, pero él simplemente no podía moverse, como si su cuerpo entero fuera de concreto, era un bloque pegado a esa silla. Haise comenzó a agitarse más y más al prolongarse el silencio alrededor de él, podía escuchar claramente cada respiración suya, como estas aumentaban junto con sus latidos, además no podía sentir sus piernas, ni sus brazos, aquello colmaba la cordura de su mente, quebrantándola lentamente.

-Ayu...da- logro decir entre el temblor de sus voz- a...yu...da- sus cuerdas vocales temblaban más y más, impidiéndole el poder siquiera pronunciar algo, una helada acariciaba cada rincón de su piel, cada uno de sus vellos se erizó, entonces algo atacó contra su espalda, ¿eran palabras? ¿Murmullos? ¿Susurros?, no se distinguía palabra alguna, eran sonidos raros, un montón de quejidos entremezclados con algo asquerosamente viscoso, al menos así podía describir el sonido la mente de Haise. El peli monocromo trató de ladear la cabeza, pero fue inútil, su cuerpo seguía inmóvil, los sonidos se hacían más claros al igual que más desagradables, aquello chocaba como garras desgarrando sus oídos, clavándose sobre su mente provocándole una punzante jaqueca, entonces aquello se intensifico, volviéndose más y más fuerte, podía sentir como sus tímpanos se desgarraban, especialmente sentía aquello en su oído izquierdo, algo se removía dentro de este, es escurría lentamente, haciéndole cosquillas y unas terribles punzadas a la vez, entonces aquello salió de su oreja, el peli monocromo pensó en seguida que era sangre, entonces aquello no cayó hacia sus hombros, más bien se escabullo tortuosamente hacia su mejilla, ascendiendo en curvas hasta sus ojos, con horror sus pupilas observaron el negro cuerpo estirado sobre su cara, con millones de diminutas patas que se incrustaban sobre su pálida piel, podía observar cada detalle, los vellos que adornaban los túmulos que conformaban a la asquerosa figura, gritó, gritó sin más poder, sus gritos acompañaban melodiosamente a los sonidos que se escurrían de una figura negra a sus espaldas.

1000-7 1000-7 1000 7 -7

7 - - - 1000 7

1000- 1000 ...

... ...

¿1000 -

¿7?

JA JA JA JA JA JA JA

JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

JA JA JA

JA JA JA JA JA JA JA

JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

JA JA JA JA ... JA ... JA

... ... .... ...

¿JA?

JA JA ¿JA?

...

¿1000 - 7?

...

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El cuerpo entero del mitad ghoul saltó lejos de la cama, chocando su espalda a la pared más cercana, su pecho subía y bajaba, sus dientes chocaban entre sí, apretaba sus mandíbulas profesando una infinita desesperación, sus piernas temblaban y sus ojos buscaban en la incesante oscuridad, pero no había nada, todas las cosas se mantenían de la misma manera que cuando se fue a dormir. Haise cayó sobre sus piernas, su respiración lentamente se tranquilizó, pero aun así mantenía su mano paseándose incesantemente sobre su rostro, como si aun aquellas diminutas patas ultrajaran su piel en movimientos curvos, podía sentir el fantasma de aquello saliendo de su oreja, desesperadamente golpeaba con su otra mano la parte derecha de su cabeza, como si de esa manera algo fuera a salir del lado izquierdo, pero nada y absolutamente nada salió, lentamente se acurrucó contra la pared, observando el vacio de las murallas, sus manos temblaban, sus brazos temblaban, sus piernas temblaban, todo su cuerpo se veía poseedor de la desesperación, entonces unos pequeños sollozos se hicieron presente.

-No quiero dormir más- se dijo entre lagrimas abrazándose a si mismo.

~~~~ * ~~~~

-¿Sassan?- preguntó un chico de cabellos naranjas mientras que entraba en la sala de estar.

-Buenos días Shirazu- dijo mientras sonreía.

-Uy, te ves horrible- Haise rió levemente ante el comentario- ¿acaso no pudiste dormir anoche?- preguntó.

-Solo es que me quede hasta muy tarde leyendo, el libro era demasiado interesante- decía con una amable sonrisa.

-Sassan no deberías leer tanto, te podría hacer más, ¿te imaginas que tu cabeza haga un corte circuito?- decía mientras que imitaba un movimiento de explosión sobre su cabeza, el mayor rió ante aquello.

-No lo creo- dijo mientras se acercó al menor y despeino sus naranjos cabellos.

-¡Sassan!- dijo de manera recriminatoria, el mayor sonrió con gracia mientras que el menor se sonrojaba lentamente.

-Ya prepare café, si quieres te sirvo.

-Si no es mucha molestia- dijo mientras acomodaba sus cabellos y hacia un puchero, sus ojos siguieron constantemente al mayor, su mente cada día se llenaba más y más de preocupación, formulando miles de teorías hasta el punto de que le llegaba a doler la cabeza, él sabía que su maestro era una persona reservada y que por más que le preguntara algo este nunca le respondería con sinceridad, pero la curiosidad le carcomía, durante las últimas semanas veía al mayor estar cada vez más cansados, deformando lo atractivo de su rostro con una ojeras que se pronunciaban más con el pasar de los días, aquello lo inundaba en un profundo mar de dudas, a él le importaba su maestro, quizás demasiado, él necesitaba saber la causa detrás de aquello, pero el problema era como, enrolló sus dedos con rabia e impotencia, sus nudillos estaban completamente blancos.

-Toma- ofreció el mayor entregándole la taza con el líquido caliente.

-Gracias.

Ambos se encontraban en silencio tomando de sus perspectivas tazas, el mayor dedicaba su mirada hacia el café, observando por momento el deterioro de su rostro, se veía simplemente demacrado, con fuerza empuño la taza, deseaba gritar a mares de desesperación, pero él era ya un adulto, debía contenerse y enfrentar aquello en silencio, pero él no sabía cuánto duraría aquello, aquel acoso se volvía insoportable, ya no quería dormir, al estar en su cama no deseaba cerrar sus ojos, aquello simplemente acababa con su paciencia y cordura, puede que todo sucediera en el sueño, pero para Haise la pesadilla continuaba aun cuando mantuviera los ojos abierto, "ojala estuviera muerto" deseó internamente. El menor observaba con preocupación al peli monocromo, la mirada de su maestro sin duda le helaba el corazón, se veía tan demacrado, casi como estuviera muerto, no le gustaba verlo de esa manera, aquello provocaba una gran opresión en su pecho, entonces sus ojos se abrieron levemente al ver que el mayor volteó hacia él repentinamente.

-¡Shirazu!- observó con determinación hacia el menor.

-¿qué?- dijo de manera cohibida.

-Te voy a pedir un favor- con un brillo en sus ojos se acercó hacia el peli naranja.

-¿Qué necesitas Sassan?

-Necesito que duermas junto a mí.

-¿Eh?

Continuara...

Seamos uno (Tokyo Ghoul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora