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Pediste un Frapuccino y un
muffin de chocolate, tienes
los mismos gustos que yo.

Te golpeaste la frente,
habías olvidado tú billetera
en casa.

Me ofrecí en pagarte, te me
negaste y estabas dispuesto a
irte, pero me adelanté y le
pagué a la cajera.

Te fuiste rezongando hasta
tu asiento y yo reí porque
después de todo, estabas
hambriento.

Cuando acabaste de comer
te me acercaste, me dijiste
que mañana me devolverías
el dinero, que sin falta viniera
y que no me antepusiera.

...

Editado el: 23/02/2017

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