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Capítulo narrado:

Jordan:

Me encontraba muy inquietó, ¿y si ella no viene? Miro a los dos frapuccinos, sí ella no viene deberé tomármelos yo sólo y no es que no quiera, amo el frapuccino con mi vida, pero, quedaría dolido si ella me deja plantado.

Observó nuevamente la puerta, lo hago cada vez que la campanita suena cuando alguien entra, pero no, como las otras veces tampoco era ella, ya me estaba hartando y es que me encontraba aquí sentado hace ya una hora y media, mucho para la muy poca paciencia que tengo.

Muerdo mi labio y comienzo a masticarlo, a veces hasta me hago sangrar. Siento mi estómago gruñir, pero no le hice caso, quiero esperar hasta que ella llegue. Tengo fé de que vendrá.

Mis ojos comenzaban a humedecerse, pero retuve las lágrimas, diablos, no soy tan maricón para llorar por un amor... aunque lo admito, he llorado por chicas.

La puerta sonó de nuevo, pero esta vez ya no miré, me cansé y comencé a guardar mis cosas, me iré y no volveré nunca más a este lugar, y se que lo extrañaré, pero no quiero volver a verla a ella.

—¿Jordan? —escuché su dulce voz detrás de mí.

—¡Ámbar, viniste! —me voltea y le sonrío apliamente, pero ella sigue sería.

¿Es verdad eso? —frunzo el ceño, ¿de qué me esta hablando? —. Me refiero a que si es verdad de que terminarás con tu novia.

—Claro, lo hice ¿por qué mentiría? —ella alza una ceja, ¿de verdad no me cree? Demonios, ¿por qué las mujeres son tan difíciles de convencer? —. Ámbar, no estoy mintiendo, le terminé de verdad e incluso ella no se molestó, de hecho, también le gusta otra persona.

Ella parpadea repetidas veces y se sienta, mira en dirección a los frapuccinos y sonríe, ¿por qué tiene que ser tan linda?

¿Por qué me has dicho que venga? —me tensó al instante y rasco mi nuca nervioso, jamás me he comportado así frente a una mujer.

Pues... ¿y si primero desayunamos? Estoy muerto de hambre —que buena idea de salir del tema.

Ella asiente con la cabeza, comienza a beber de su frapuccino y dice una palabra en un idioma raro, ya parece E.T., rió por ello y ella me acompaña con sus sonoras carcajadas.

Comienza a burlarse de mi camiseta de "Superman", no soy nerd y nada por el estilo, pero esta camiseta realmente me gustó y es una falta de respeto que se burlen de ella, es broma.

Me hago el ofendido por un par de minutos hasta que comienzo a reír por las cosquillas que Ámbar empieza a hacerme, esta chica si que esta loca.

De repente me doy cuenta, ¿no estaba insegura hace unos momentos? Digo, porque ahora se encuentra riendo conmigo, que bipolar.

Después de varios minutos ambos terminamos de desayunar, me pongo otra vez nervioso y siempre lo hago cada vez que hablo con la chica que me gusta.

—¿Para que querías que viniera? —trago profundo y aclaró la voz, acomodó mi remera de Superman y me fijo si mis zapatillas están bien atadas, todo para hacer tiempo —. Jordan.

—Pues, te dije que vinieras porque te quería decir lo siguiente... lo siguiente... lo siguiente... lo... —no término la palabra porque Ámbar ya se encontraba mirándome mal, que cobarde soy —. Pues era para ver sí hay alguna posibilidad de que tu quierasserminovia —lo último lo dije tan rápido que ni yo me entendí.

—¿Eh? Jordan, habla ya, basta de rodeos —voltea sus ojos y sigue observándome, ¿por qué debe mirarme?

Vuelvo a aclarar la voz, pero esta vez, arregló mi cabello castaño y centro mi mirada en ella, es lo único que puedo hacer, tomó una bocanada de aire y con eso basta.

—Que si hay alguna posibilidad de que tu quieras ser mi novia —ella me mira sorprendida y comienza a reír como loca, auch.

—Sí, si la hay... pero no ahora, debemos conocernos más y el tiempo verá, ya sabes —me sonríe con sinceridad, tiene razón,  apenas conozco unas pocas cosas de ella.

Le devuelvo la sonrisa y por mi mente se pasa una cosa, sonrió divertido y le digo:

—¿Salud? —me mira raro y luego vuelve a sonreír, ¿ya he dicho que tiene la sonrisa más hermosa del mundo?

Salud —dice al fin y ambos chocamos nuestras bebidas.

Esto sólo era el comienzo.

Fin.

...

Editado el 13/02/2017

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