Desconocidos.

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Ambos sujetos con las manos arriba se encontraban al fondo del sótano siendo interrogados con el arma apuntándoles directamente, del otro lado del sótano, estábamos nosotros, las 7 personas nuevamente amontonadas entre nosotros. 

-Tiren sus armas hacía este lado- Ordeno Leo a los individuos, y ambos obedecieron, el mas alto traía consigo una pistola, un machete y una navaja, el más pequeño traía un revolver y una navaja.

-Es todo lo que tenemos- dijo el individuo más alto.

-Descúbranse la cara- ordeno nuevamente y ambos obedecieron, el tipo negro tenía una cicatriz enorme en la mejilla izquierda tenía el cabello corto y negro, el segundo individuo,  era una chica, con el cabello igual de corto y rubio, tenía la cara enrojecida y su mirada era seria y fría a diferencia de su amigo, quien parecía buscar piedad en nuestros ojos -¿Quienes son ustedes?- Pregunto leo observándolos  curiosamente

-Mi nombre Richard, Richard Walter- respondió el desconocido. 

-Yo soy Elizabeth, Elizabeth Comstock- Dijo fría y tranquilamente la pequeña chica 

-Pueden quedarse a dormir en el prime piso de la cabaña, nosotros nos mantendremos aquí- les indico leo y ambos subieron, cerramos la puerta del sótano, y leo se acerco para explicarnos que los vigiliariamos ese día entre El, John, Steve, Mark y yo. y así fue, mientras Anna y Alisson subían a la cocina de la cabaña a utilizar el restante gas que había en la estufa para cocinar nuestras comidas, Al principio Leo se quedo con los dos y conversaron, parecieron tomar confianza entre ellos, era buena señal. Y así pasamos toda la tarde, dividiéndonos entre vigilar y ayudar en la casa y a empacar las cosas de la cabaña, no podíamos quedarnos por más tiempo, pero tampoco podíamos salir, había demasiados caminantes afuera, al momento de "cuidar" a los desconocidos me di cuenta que eran completamente diferentes, pero congeniaban bien, Richard era divertido y optimista, Elizabeth era realista, fría y callada, pero no tenían problema ninguno de los dos con eso.

Al anochecer, nos dimos cuenta de que había más zombies fuera del la cabaña, se dieron cuenta que estábamos dentro cuando el idiota de Mark se tropezó y callo sobre el anaquel lleno de vajillas de cristal y cerámica, nos ha metido en un enorme dilema, ¿Como alguien puede ser tan estúpido? Ahora tenemos que idear un plan para escapar de nuestro refugio, Leo nos reunió en el segundo piso de la cabaña, la cabaña era como un pequeño restaurante, así que en el sótano había provisiones que hemos utilizado este mes que nos quedamos viviendo aquí, el primer piso tiene sillas y mesas las cuales desarmamos y las usamos para cubrir ventanas y entradas de zombies, en el segundo piso esta la cocina y una estancia que era utilizada para pequeños eventos especiales.

Nosotros nos reunimos todos en la pequeña estancia, incluyendo a los dos nuevos integrantes de nuestro grupo, nos acomodamos en silencio. Leo se puso en medio de todos para hablarnos, todos estábamos rodeándolo, prestando mucha atención, a excepción de Elizabeth, ella quizás pensó que sería más importante ver el magnifico paisaje nocturno. No necesitamos más gente que no ayude. 

-Tenemos un dilema- Leo rompe el silencio-Todos lo saben, ahora estamos aquí para encontrar una solución, así que estaba pensando salir por la parte trasera en silencio, y dividirnos en grupo- 

-De ninguna manera- John lo interrumpió- Hay zombies hasta debajo de las rocas, no podemos darnos el gusto de salir así como así.-

-¿Que tal si salimos a darles una paliza- Mark dijo despreocupado-Podemos tomar hachas o un bate, todos tenemos con que defendernos, nada más vamos y reventamos sus cesos de zombie- 

-Eso es estúpido- Estoy realmente de acuerdo con Leo- Son demasiados, como ya dije, no podemos ir golpeándolos como en tus videojuegos, somos humanos, nos cansamos y a veces actuamos con torpeza, si ellos nos muerden también nos volvemos como ellos, así que eso no pasará. -

-Tal vez sea la única opción- Steve comenzó defender a su hijo -No es la más razonable, pero somos fuertes y podemos con ellos-

-No, no sabemos cuantos hay afuera- vocifero John mientras sacudía la cabeza en modo de negación. 

-¡¿Entonces que haremos?! ¡¿esperar a que entren?!- Anna comenzó a entrar en pánico.

-¡No!, ¡claro que no!, ¡pero tampoco podemos salir como estúpidos con ellos!- Steve comenzó a gritar, como de costumbre.

-Todos, tranquilícense, así no lograremos nada- Dije tratando de calmar a las fieras, pero como de costumbre me ignoraron y siguieron gritándose entre sí -Solo van a atraer a más de ellos- Volví a decirles, y nuevamente me ignoraron, las cosas estaban tensas, vi que a Mark se le salían las lagrimas por los ojos y temblaba mientras sollozaba, John estaba enojado y le gritaba a Steve, Steve le gritaba a Anna, Leo trataba de relajar las cosas, pero igualmente termino perdiendo los estribos y comenzó a gritar como ellos, parecían una bola de maniáticos gritándose unos a otros, por fuera de eso estábamos Richard, Elizabeth Alisson y yo, Alisson y yo teníamos la misma cara de enfado, muchas veces me identifico con ella, a pesar de que sea callada y más pequeña, es mucho más inteligente que su hermano y padre.

Se escucho un estruendo que callo a todos, Richar había lanzado una silla por la ventana. -Guarden silencio- Hablo fuerte  y todos nos quedamos asustados por su acción.

-Solo van a hacer que nos maten si siguen con esto- Elizabeth nos dirigió la palabra con seriedad

-¡¿Porque hacen eso?!-Grito Steven enfadado

-Para que nos escuchen- Dijo Richard calmado.

-Tengo un plan, eh estado viendo los techos del pueblo, esta es la única cabaña, las demás son casas con techos planos, y fáciles de escalar -Dijo Elizabeth muy tranquila y fría- Puedo llegar al otro lado del pueblo y crear una distracción para atraer a los caminantes-

-Esa es una magnifica idea- Leo dijo con seguridad 

-Si, pero no puedo hacerlo ahora, es de noche, y podría ocurrir un accidente si no veo, además, hay un par de edificios que no puedo escalar yo sola, así que necesito a alguien ágil para que me ayude- Concluyo Elizabeth.

-Alisson puede ir contigo, es rápida, ágil, pequeña y silenciosa, es realmente útil en situaciones así- Dije lo que era verdad, Era adecuado y por la cara de Alisson me di cuenta que se sintió bien al ver que reconocí que era una buena herramienta para el equipo. 

-¡Por supuesto que no!- Steve me confronto- ¡¿Estas pensando en mandar a una niña a hacer el trabajo sucio?!, ¡Debería darte vergüenza, un hombre como tu, mandando a dos niñas pequeñas a hacer el trabajo!- Me grito mientras me presionaba en el pecho su dedo, señalándome y vociferando incoherencias estúpidas, Elizabeth se ve más dura y fría que John, y la hija de Steve no tiene 5 o 10 años, ella es gimnasta y es muy fuerte por eso, y claro yo, todo el tiempo que he estado con el en este grupo solo soy un mocoso más que no le permiten entrar en las decisiones importantes, pero claro, ahora soy un hombre sacrificando a dos "niñitas indefensas" Siento que me arde la cara del coraje, se que estoy rojo de enojo y a penas puedo controlar mis palabras para no alterar la calma que hay ahora, pero como quisiera callarlo de un puñetazo, o quizás varios...

-¡Déjalo en paz Steve!- escuche a John gritarle a Steve, y el retrocedió sin dejar de mirarme con odio, pero retrocedió. 

-No irá.- Dijo Enojado Steve, y pude ver a Alisson hacer pucheros con la cara, enfadada con su padre. 

-Iré yo entonces- Me ofrecí, ya que si Alisson no iba, seguía yo de ser el más ágil de todos, Mark es muy torpe aunque sea delgado y rápido, yo soy rápido y soy bastante ágil, Anna no es buena saltando Y john, Steve y Leo son pesados, al igual que Richard 

-Perfecto- Dijo Steve y se retiro con sus dos hijos hacía el sótano. 

Anna se acerco a mi y me abrazo, me miro -Cuídate mucho- Me dijo mientras sonreía nostalgicamente, luego se retiro a la cocina 

-¿Después de atraerlos, que pasará con ustedes?- Pregunto leo a Elizabeth

-Volveremos por donde fuimos- Dijo ella -Si hay algún problema y no regresamos a tiempo, nos encontraremos en el lago, hay una casa del árbol, nos refugiaremos ahí.-

-Esta bien- Dijo Leo, y fue abajo a empacar suministros.

Arriba nos quedamos Elizabeth, John, Richard y yo, esperando el amanecer. 



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