II

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               Keith cerró la puerta con fuerza.

                    —Esto debe ser un error.

Nos miramos, y todas asentimos. Nos pusimos en circulo con los brazos en el hombro de la que estaba al lado.

—¿Y?

—Bueno, uno era lindo...

—Kendall, no hablo de eso—Keith soltó una risita nasal.

Alex suspiró con fuerza. Y mordió su labio inferior. Eso era claro ejemplo de que tenía una solución.

—Ya sé—dijo al fin—. Iremos a hablar con ellos, obviamente es un error y ellos deben irse, no nosotras.

Se dió media vuelta y caminó hacia la puerta, golpeandola 3 veces.

—Daniel, anda—se escuchaban susurros desde adentro.

—¿no se supone que se fueron?—susurró este—. Hola—abrió la puerta con una sonrisa forzada.

Alex le miró a los ojos con seriedad y estiró la mano—. Soy Alex.

El chico enfrente de ella, que al parecer se llamaba Daniel, le miró unos segundos hasta que le saludó de mano.

Nos miró a nosotras y con un ademán nos indicó que entraramos.

No dijimos nada, solo le hicimos caso y entramos.

Nos señaló un sillón junto a un ventanal. Obedecimos y nos sentamos las tres, Alex se quedó parada.

Empecé a mira a mi alrededor, la cabaña era muy linda, me llamaba la atención la escalera, era de vidrio y estaba en espiral.

—Y ella es Sam—escuché mi nombre a lo que me sobresalté y miré a Alex, quien nos estaba presentando.

—¿nombre de chicos?—Daniel se acercó a la escalera y miró hacia arriba—. Vamos, chicos, no hay nada de qué preocuparse, son solo chicas.

Kendall quien estaba al lado mío me dió un codazo y con un susurró agregó.

—¿qué te parece Daniel?—sonreí pícara, cuando iba a responder vi la mirada de Alex en mi, estaba molesta.

No le respondí solo volví la mirada hacia las maletas.

Keith se levantó de golpe.

—No puedo chicas, no me quedaré así.

Justo cuando Alex iba a decir algo, unos dos chicos bajaron por las escaleras.

—Bien— dijo Daniel, dandole palmadas en el hombro a uno de los chicos—. Este es Oliver, y el rubio es Thomas.

—Hey— dijimos casi al unísono.

—Hay que resolver este problema—dijo Keith aún en pie—. Muestrame tu papel, donde confirmas tu fecha de estadía.

—Thomas— le indicó Daniel una maleta que se encontraba puesta en un mueble detrás de la televisión.

Al traer un papel impreso, se lo entregó a Keith, quién sacó de su bolso otro papel, y empezó a comparar.

—Tenemos las mismas fechas..

—Eso parece—dijo Thomas sonriendo.

—¿ya elegiste uno?—susurró Kendall.

—A Thomas, ¿viste su mirada?—le susurré de vuelta, mientras que Keith seguía discutiendo.

—Sí, pero mira la sonrisa de Daniel, eso sí que mata—nos reímos a lo que Keith se volteó a ver.

Los chicos de la cabaña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora