Prólogo

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Abro los ojos. Mi agitada respiracion no me deja analizar la situación. Recuerdo recibir el disparo, sentir como el dolor se propagaba por mi cuerpo, recuerdo a David desplomarse en el piso, y recuerdo ver a mi... mi madre.

¿Acaso estoy muerta? ¿Hay una vida despues de la muerte? Una vida en donde tal vez estaran mis padres, Will, Al, Lynn, Marlene, Tori y Uriah. Una vida en donde yo estare. Donde yo estoy. Y tambien donde Jeaninne esta. Una mueca se forma en mis labios. Una vida en la que Tobias no esta.

Oh no, Tobias.

Lo he dejado solo. Siento las lagrimas acercarse, estan al borde de mis ojos. Le he fallado, definitivamente es peor que aquella vez que uni fuerzas con Marcus para revelar la informacion que Jeanine tenia en su computadora. Esto es peor. Mucho peor. Conozco a Tobias. Debe estar sufriendo. Soy la peor novia del mundo. Trato en enjugar las lagrimas y parpadeo varias veces para evitar que escapen, una vez que estas desaparecen, me levanto de la cama. Siento como todo mi largo cabello tapaba mi cara.

¿Qué? Pero había cortado mi cabello.

¿Donde estoy? Miro a mi alrededor, se siente como un dejavù, las paredes de concreto sin color, la luz palida, la nula decoracion, las ropas grises. Estoy en Abnegacion, ¿Pero no que las facciones habian desaparecido? Todo esto parece ilógico, ¿Que estoy haciendo en Abnegacion? No... Una mejor pregunta, ¿Que hago en mi antigua habitacion de Abnegacion? Reviso mi clavicula en busca de los tres cuervos, no estan. Tampoco estan los tatuajes de los simbolos de Osadia y Abnegacion. Me levanto de la cama, descubro que mi cabello esta largo, tambien siento que los musculos que habia desarrollado a lo largo de la Iniciacion de Osadia no estan. O sea que aun no son las pruebas y aun no es la ceremonia. Tal vez estoy equivocada. Tal vez no escogi Osadia, sino Abnegacion. No, eso tambien es ilógico. Me siento extraña. Me siento vacia. Como si nada hubiera pasado. Como si cada recuerdo, risa, lagrimas, golpe, herida y besos, nunca existieron.

Me doy una larga ducha, eso no es normal en Abnegacion, bueno... Soy una Osada. Una vez fuera, cambio mis ropas por un vestido y mis botas. Decido salir de la habitacion, necesito descubrir que esta sucediendo. Tal vez no tenga musculos, pero recuerdo mi entrenamiento. Pase lo que pase, debo estar atenta. Algo asi me habria dicho Tobias. Apenas habro la puerta, me sorprendo al ver a quien me encuentro, ella esta viva. Tal y como la recordaba de aquella ultima vez que habia cortado el cabello, estaba parada frente a mi.

-Mama- digo. Un impulso me envia a abrazarla. Ella esta sorprendida. Habia olvidado esta falta de afecto que tenian los Abnegados. Pero aun asi, mi madre me recibe con afecto el abrazo. Como si todas las reglas de Abnegacion fueran olvidadas -¿Que haces aqui?

Pregunta equivocada. Ella aun se ve sorprendida.

-He venido a ver por que te has tardado tanto. Debo cortar tu cabello.

Segundo dia del tercer mes, dice una voz en mi cabeza. Asiento, ella sale de la habitacion y yo la sigo, seguimos por el pasillo hasta que veo el taburete, que esta frente al panel corredizo en donde se oculta el único espejo de la casa. Me siento en este y mi madre comienza a cortar mi cabello, en mi mente hay tantas preguntas que deseo hacerle. Mi madre. Aun recuedo lo que me dijo David sobre ella, sobre el Laboratorio, sobre cómo abandono todo por haberse enamorado de mi padre. Mi padre... ¿Donde estará?

Muestra el espejo detras del panel corredizo, me miro. Mi madre sonrie a nuestro reflejo. No me dice nada. Un pequeño acto de rebeldia de mi madre. Es inevitable no sonreir.

-Asi que hoy es el día- dice ella.

-Si- respondo.

Eso significa que hoy son las pruebas para decirme a qué facción pertenezco. Entonces, mañana es la ceremonia. Queda tan poco para ver a Tobias... Si es que el también esta aquí.

Fragmentada (Divergente FanFiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora