Abuelo

2 0 0
                                    

Exactamente cuatro años después puedo decir que ha pasado de todo, sí, de todo. Recuerdo perfectamente el día en que te fuiste para siempre, el día en que todo se me derrumbó, el peor día de mi vida, el día que dejé de ser yo. Dicen que hay personas que cuando se van marcan un antes y un después en nuestras vidas, y tu, tú fuiste una de esas personas. Hacía frío, mucho frío, tanto que creo que se me congeló el alma y no, aun no ha vuelto a su normalidad. Fuiste, eres y serás mi mayor pilar, sé que puedo apoyarme en ti, estés donde estés, y vas a estar para ayudarme. Ha pasado de todo, más bajadas que subidas en mi vida desde que no estás, pero eh, sigo aquí, arrastrando mis ganas día a día para seguir, para no defraudarte. Y la verdad, parece que tiro de mi misma, porque una parte de mi, cuando te fuiste, se fue contigo. Nadie estuvo cuando más los necesité, éramos yo y el mundo contra la realidad, una realidad que creo que aun no me ha entrado en la cabeza, pero eh, que sigo viva, a pesar de todos mis intentos de no estarlo, sigo con la misma mala leche de siempre, con mis mismas quejas de niña pequeña, con las mismas lagrimas cada 7 de diciembre al recordarte, sigo con muchas cosas, pero sin ti, y eso, eso es lo que duele. Puedes faltarme fisícamente, pero en mi mente siempre estás, y ojalá que siempre estés. Necesito que estés en mi vida, vida mía.  Te quiero.

Blanc, negre i grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora