XXXVIII

99 4 0
                                    

Cojed alguna cosa y tiradla por el acantilado más profundo que encontréis.
¿Véis lo que pasa?
Así me sentía yo,
dando vueltas y vueltas,
sin llegar a tocar fondo,
rasgándome cada vez más,
con cada piedra del precipicio
y notando una caída
constante,
eterna
y sin fin.

Poesía para élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora