Stiles Stilinski:
Me desperté muy temprano, como todos los días, empapado en sudor y gritando por una horrenda pesadilla. Segundos después, el despertador suena en toda la habitación.
Tenía un horrible dolor de cabeza, como si miles de agujas me estuvieran atravesando el cráneo. El cuarto estaba totalmente oscuro, por lo que empecé a dar manotazos en la mesita de noche que está al lado izquierdo de mi cama hasta que di con el maldito aparato y lo apagué de golpe.
El sonido agudo de esa cosa me estaba explotando la cabeza, más de lo que ya estaba.
Ya esto era muy común para mí, casi como una rutina que tenía, desde que fui poseído por el Noguitsune... Y la muerte de Allison.
Allison...
El recuerdo de su muerte se reproduce una y otra vez en mi mente, torturándome en sueños.
Cuando la atravesaron con esa maldita espada, Scott sosteniendola en su regazo, el funeral... Cada maldito segundo lo recuerdo con claridad.
A pesar de no ser quien la apuñaló, de que estaba siendo controlado, que no sabía lo que hacía, que todo fue culpa del maldito Noguitsune... Siempre pienso que todo fue mi culpa.
Tal vez si hubiera sido más fuerte mental y espiritualmente y no me hubiera dejado controlar tan fácilmente, nada de esto hubiera pasado y ella estaría viva. Alegrándonos el día con una sonrisa.
Ella merecía estar viva.
Yo debí haber muerto en su lugar, debieron tomar mi vida por la de ella. El que debe de estar muerto soy yo por todo el daño que causé.
Después de todo lo ocurrido, simplemente las cosas ya no funcionaban igual, y mi ansiedad fue mucho peor.
Mi relación con los miembros la manada se disolvió casi al instante, ninguno de ellos me dirige la palabra y yo tampoco hago el intento de acercarme, sabiendo de antemano que mi presencia no es bienvenida.
Yo era el compañero de vida de Derek, teníamos cinco meses de noviazgo y nuestra relación iba floreciendo cada día más.
Era todo una maravilla.
Las cosas entre nosotros surgieron tan rápido que ya cuando nos dimos cuenta habíamos caído uno por el otro. Al recién conocernos no nos soportabamos, él era tan serio y seco conmigo y yo se lo devolvía con mi tan característico sarcasmo.
Pero después las cosas empezaron a cambiar, empezamos a limar las asperezas entre nosotros, al principio nos costó convivir pero de a poco las cosas fueron mejorando.
Y, en algún momento en el camino, nos enamoramos.
Irónico ¿No?
Derek se me declaró en un día cálido de verano. Se tomó el tiempo de planificar una reunión en su departamento. Invitó a los chicos, y Erica y Allison se encargaron de ayudarlo con la decoración porque él no es muy bueno para esas cosas. Ese día, aunque él no haya querido admitirlo, estaba nervioso, lo noté por sus expresiones faciales y sus ojos... Oh, sí, sus ojos verdes expresaban nervios y un poco de miedo.
Cuando me dijo que le gustaba sentí como mi corazón iba a explotar por la emoción y la felicidad. Y, cuando me preguntó si quería ser su pareja, yo acepté más que feliz.
Porque yo también lo amaba.
Todo era perfecto. Salíamos siempre a caminar al parque agarrados de la mano, él me iba a buscar al instituto todos los días, íbamos al cine y la pasábamos bien.
