Capítulo 11

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Pov's Stiles:

Entramos al salón y nos sentamos. El profesor de Historia empezó su clase y dos horas después tocaron el timbre para el receso. Salimos del salón y no vimos a la manada en todo el camino (lo cual agradecí) y fuimos hacia las gradas, sentándonos en circulo.

—Chicos, quiero agradecerles por defenderme y ayudar a los demás—Agradecí a los nuevos integrantes mientras que los demás asentían. Talos negó con la cabeza

—No tienes que agradecernos, Stiles. Nos tomamos muy enserio la promesa de defender a los nuestros con uñas y dientes cuando sea necesario—Respondió él y todos le sonreímos

—Bueno, la verdad es que no habíamos planeado darles una paliza a esos chuchos—Dijo Melody mientras sonreía orgullosa

—Bueno, nosotros les pedimos por las buenas que nos dejaran en paz, pero ellos lo quisieron por las malas—Dijo Marius mientras se encogía de hombros

Ellos siguieron hablando y elogiando sus movimientos empleados en la pelea, yo me mantuve al margen, hablando con Leonidas (el cual también se mantuvo al margen de la conversación de los demás) y descubrí que teníamos varias cosas en común con respecto a nuestra personalidad, aunque él tuvo una infancia bastante dura.

Su madre había muerto de una enfermedad en los pulmones cuando tenía seis años, su padre era un alcohólico desde siempre, el cual los maltrataba a los dos. A raíz de la muerte de su madre, su padre empeoró y empezó a beber mucho más, todo el dinero que había dejado su madre lo gastaba en botellas de alcohol y apuestas. Él casi nunca estaba en casa, así que a Leonidas le tocaba cuidarse él mismo además de que debía trabajar en empleos informales para poder pagar su escuela y también cuidaba a su padre ya que, cuando estaba, lo maltrataba y lo trataba como su "ama de casa". Cuando tenía quince años, no lo aguantó más y se fugó de la casa, siguió trabajando en empleos inestables y vivía en las calles o refugios mientras que se esforzaba por sacar el bachillerato. Cuando cumplió los dieciséis, conoció a Talos por casualidad y él fue el que descubrió que Leonidas era el elegido de Hécate. Y han estado

ya era hora de irnos. Salimos del salón y fuimos hacía el frente para esperar a Bartolomé, él llegó y nos montamos en la camioneta. Me extrañó que una de las nuevas integrantes de la manada estaba sola, me observó con mirada neutral y yo la miré con curiosidad ¿Por qué estaría sola?

Bartolomé arrancó y de a poco perdía de vista el instituto y a la chica...

—¡Stiles!—Pegué un salto con el grito y miré a Melody molesto, ya habíamos llegado y todos ya se habían bajado de la camioneta. Los únicos que quedábamos éramos Melody y yo.

—¿Qué diablos sucede contigo?

—Eso debería preguntar yo. Traté de hacerte volver a la realidad pero no resultó así que... Tuve que gritarte

La miré serio y luego me bajé, ella también lo hizo y vi que todos nos miraban. Bartolomé me dijo que empezáramos a entrenar y yo asentí. Le dijo a los chicos que se quedaran ahí, solamente estaríamos él y yo, me llevó hasta otro lugar, un lugar muy lindo habían muchos árboles de distintos tamaños y muchas flores.

—Bueno, ya este será tu último entrenamiento, éste será más complicado que los anteriores, ya que serán todos tus poderes juntos ¿Estás listo?—Me preguntó mirándome

—Si—Respondí mientras suspiraba

Empezamos a entrenar... Y sí que es complicado, me estaba agotando más rápido que otras veces.

Habían veces en que, por falta de concentración, hacia todo lo contrario a lo que Bartolomé me pedía. Y, como él no tiene mucha paciencia, terminaba regañandome por eso.

All Evil In Me «En Edición»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora