Hierofanías Y Psicofonías De Amor [Fairy Tail]

Capítulo 4

"Dimes y Diretes"

—No tengo idea de por qué nos han enviado hasta este lugar. Está muy oscuro y las linternas no tienen tanta potencia. Todo esto resulta espeluznante.  Honestamente, ¿cómo pueden disfrutar de hacer estas cosas?

Nadie en el grupo le rebatía lo anteriormente dicho a Yukino, pues según recordaban, las exploraciones urbanas que habían realizado en un pasado solían ser misteriosas y estúpidamente entretenidas. Pero el ambiente de aquel lugar era extraño, diferente de cualquier otro que ellos recordaran. —Yo diría que esta vez, Levy nos la ha jugado muy bien... Argumentó Sting ignorando la pregunta y casi reclamo de la de cabello plateado que tenía como compañera en esa expedición. 

—Todo esto empieza a darme mal rollo.

Y es que como toda mansión antiquísima, y siendo parte de la enorme variedad de mansiones de fines del siglo XVII; y encontrándose abandonada y olvidada nada más que por empolvadas y ya faltas de vida de enredaderas. Aquella era digna de un aura de terror. Tal como lo eran durante el barroco, las formas de la construcción eran ampulosas, ricas y con predominio en la línea curva cerrada. 

Las estatuas de ángeles de formas redondeadas entre nubes, los soles nimbados con el monograma de Cristo y las distintas figuras que ellos encontraron durante todo el camino hacia quién sabía qué, les causaba tener la piel toda como de gallina. Y si a eso sumaban los factores, de estar en medio de una noche fría, oscura y silenciosa; suposiciones realmente espeluznantes que no dejaban de rondar la mente de ellos y el que Levy les hubiera confesado sus verdaderas intenciones... Bueno, todos ellos merecían un respiro. Pero no habría tiempo para ello, o eso les había dejado muy en claro la peliazul.

—Oh vamos, no seas tan marica, Sting. La voz de la pequeña Levy resonó en el pequeño auricular de todos, al escucharla con sus tan bien elegidas y afiladas palabras. —Tan sólo sigan caminando y no se olviden de grabar todo lo que encuentren en el camino, ¿entienden?

Y es que sí. La intención de Levy no había sido otra, mas que la de documentar todo lo que pudiera sobre aquella historia. Muy probablemente para alguna investigación suya, o de alguna de una de sus novelas de terror. Y es que aunque la estatura de la chica no le diera la presentación debida, ella en realidad ya tenía la carrera de toda una digna profesional escritora. Aunque claro, el tema de su mayor interés siempre fue el misticismo y el ocultismo, por lo que tomó la parapsicología como su mayor pasatiempo.

Desde muy niña sintió fascinación por el tema, y a lo largo que fue creciendo, el tema de los amoríos del pasado fue otro punto de interés para ella. Y al unir aquellos intereses encontró lo que sería su pasión a futuro. 

Hacía algunos meses, en una tienda de muy mal estado, se había topado con un libro bastante viejo, y que al caerse en pedazos, el vendedor prefirió regalarlo a permanecer con aquella basura. Una vez que, como buena lectora,  comenzó a estudiar una a una las páginas de aquel que parecía ser un diario, descubrió la maravillosa historia que envolvía a aquella mansión. Justo al enterarse que el viejo grupo de expediciones, se había reunido nuevamente, y que Lucy les acompañaría, ella no dudó en planear todo para realizar su propia investigación.