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-¿Estás bien?- Neji preguntó al abrir la puerta, dejándome entrar a ver a Sasuke.

-Estoy bien.- Dije con una mano sobre mi estomago. -Olvidalo, me siento horrible.

-Parece que vas a vomitar. Vamos, el baño esta por la derecha. Le diré a Sasuke que estas aquí.- Neji cerró la puerta detrás de mí, corriendo a su habitación por el pasillo mientras yo me dirigía hacia el baño.

Me sentí horrible, recordando todo lo que Choji colocó en mi plato. La imagen de carne me llegó de repente, y empecé a correr al baño, decidiendo que era tiempo de vomitar lo que acababa de comer.

-Naruto, ¿estás bien?- Sasuke llamó detrás la puerta, su voz con un tono preocupado. Oí que le pidió una botella de agua a Neji.

-Estoy bien, voy a estar bien.- Le aseguré, de rodillas ante la tasa del baño.

-Naruto, dejame entrar.- Sasuke trató de abrir la puerta, pero no pudo.

Ya terminando, me pare y lave mi boca con él agua del fregadero (?). Al fin, abrí la puerta.

-Naruto, esta es la tercera vez esta semana. ¿Seguro que estás bien?- Sasuke me entregó la botella de agua, apoyándose en el marco de la puerta mientras yo me enjuague la boca.

-No es nada.- le aseguré, -Acabo de comer demasiado, Choji me hizo comer este plato de...-

-Estás mintiendo.- Sasuke interrumpió. -Casi comes en la escuela, apenas tiene suficiente energía, y sigues vomitando. Naruto, por favor dime que no tengo razón en pensar que estás haciendo esto a propósito.

Lo miré, -¿Por qué crees que haría eso?

-Lo estás haciendo ahora mismo!- Él gritó. -No sé quién te dijo o cómo esta idea se metió en tu cabeza, pero no me gusta. Todos los días creces más pálido y frágil. No me gusta escuchar a la gente susurrando acerca de cómo mi novio sigue mirándose más flaco cada vez que te ven. Estabas completamente bien la forma en que estabas!

-Oh, así que ahora no puedo preocuparme por cómo me veo?- Yo grité. -¡¿Ahora vas a mentirme a mi cara y dirás que te gustaba cuando me miraba como cerdo?!

-Naruto, ¿por qué?- Me miro con ojos tristes. -¿Por qué?

-Ojalá supiera.

-No, lo sabes.- Él suspiró. -Y sabes que necesitas ayuda.

DelgadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora