Querido extraño:
Sé que no te he escrito en bastante tiempo, lo siento. Y lamento decirlo, pero creo que esta es mi última carta.
Primero que nada, me gustaría contarte que estoy mejorando. No es nada fácil, pero si hay algo que he aprendido de la vida, es que nada que vale la pena lo es.
Si quieres saber si sigo teniendo miedos, los tengo. No son tan agudos y arrolladores como hace un tiempo, pero están ahí dentro mío para recordarme que no debo rendirme. Te confieso algo que me da miedo: Que mi miedo al miedo no desaparezca nunca.
A veces me siento solo y temo no encontrar a alguien que me ame. No sé si es por la idea que tenemos todos instalada de que no se puede vivir sin amor. Pero eso no importa, porque tal vez nadie me ama, pero yo amo mucho.
Cuando pienso en el futuro me asusto, cuando pienso en el pasado me deprimo y cuando pienso en el presente me doy cuenta de que ya es tarde, incluso para pensar. Si me preguntaras si ya he decidido qué hacer con mi vida te respondería negativamente, en especial porque siento que mi vida se está haciendo sola, con cada paso en falso que doy y con los pocos aciertos que me estoy animando a cometer.
Si te dijera que está todo solucionado, te estaría mintiendo. Estoy convencido de que las cosas nunca estarán en perfecto orden, pero quizá no es lo que necesito para ser feliz. Tal vez sólo necesito cosas reales y te agradezco porque creo que estas cartas fueron la primera cosa real en mi vida, las que le dieron cordura a mis momentos de caos emocional. Cuando creí que no era suficiente, cuando toda la presión en el pecho no me dejaba respirar, yo pensaba en escribirte y temía morir sin despedirme de la única persona que me leía, a pesar de que estuviera loco.
Muchas veces pensé en acercarme, pero lo hubiese arruinado todo. En parte, estoy algo triste por no revelarte mi nombre, pero al fin y al cabo, es lo último que importa. Me conoces a pesar de no saber cómo me llamo y saber que me seguiste leyendo me hace pensar que a lo mejor te agrado un poco. Eso me alegraría mucho porque siempre fui honesto contigo y nunca le había agradado a alguien antes.
Hoy volví a verte con tus amigos y uno de ellos se animó a contar otro chiste. Los demás rieron, pero tú no y me sentí preocupado. Dije que fingías y que no eras sincero, que me negaba a creer que tu vida era sólo eso que veía, que debía haber algo más escondido entre tus capas. Estoy realmente preocupado; espero que no hayas dejado que esa parte más de tu vida se apodere de tu sonrisa. Eso también sería muy triste.
Me gustaría que tengas una hermosa vida, llena de esas cosas que los integrantes de las familias de verdad se desean unos a otros. Me gustaría que pudieras ver lo complejo en las cosas simples y lo simple en lo complejo, que pudieras comprender lo bello de un atardecer y que lloraras si lo crees necesario. No quiero que te impidas hacer nada, ni que te arrepientas de no haber hecho algo. Que no dejes de reír por un chiste, incluso si es uno de los malos como los que cuentan tus amigos. Si te importa algo, lucha por ello. Si algo te lastima, déjalo ir. Si algo te molesta, intenta cambiarlo. Me gustaría que lo hicieras.
Pero en especial, me gustaría que tuvieras una vida verdadera, donde si tu sonrisa se borra unos momentos, alguien te la devuelva diciéndote "te amo".
Porque te amo, extraño. Y nunca te olvidaré.
Hasta siempre, otro extraño.
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Querido extraño.
Diversos«Querido extraño: No conoces mi nombre, pero voy a intentar ser honesto contigo.»