Capitulo 16 (REESCRITO)

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Capítulo 16

Gala

El viernes fue agotador, mis ojos se cerraban de manera involuntaria y a pesar de haber llegado a las diez de la noche, ni siquiera cené, simplemente me tumbé en la cama y me dormí. Así que si, era sábado, estaba tumbada en la cama a las ocho de la mañana y me limitaba simplemente a mirar el techo. No podía dormir más. Lo intenté durante un rato con todas mis fuerzas, pero finalmente a las nueve de la mañana decidí dejar de hacer la remolona y salté de la cama. Con un brinco alegre me puse de pie y recogí mi pelo en una coleta, cogí el móvil y la botella de agua de la mesilla y me puse en marcha.

De camino a la cocina me paré en el dormitorio de Greta, que estaba sentada en su escritorio, con la cabeza apoyada en un libro y totalmente dormida. Con cuidado me acerqué y di unos golpecitos en su brazo.

—Greta —susurré y ella abrió los ojos—, estaba interesante, ¿no?.

—Ay joder —gimió acariciándose el cuello con expresión de dolor—, no te rías maldita desgraciada. Estaba estudiando una parte del trabajo de fin de grado porque mi tutor quiere que lo repasemos el lunes.

—¿Cuánto llevas ahí dormida?

—No lo sé, desde las cuatro de la mañana puede ser.

—¿Y no se te ha roto el cuello?

—No, agorera. Y ahora déjame, voy a dormir por lo menos veinte horas en mi cama. Adiós, fuera de aquí —El balanceo de sus manos me indicó que lo que más deseaba en el mundo es que yo me fuese de aquel lugar y la dejase dormir tranquila. Acto seguido se dio la vuelta y se arropó como si yo ya no estuviera allí.

Pero aquello no fue la única parada que hice antes de llegar a la cocina, porque cuando pasaba por la habitación de Violeta, ésta salía de puntillas como quien no quiere ser escuchada en el silencio de la mañana. Antes de que cerrara la puerta mi agilidad visual notó algo extraño, pero al ser ella una mojigata bien entrenada, mi cerebro decidió dejarlo pasar solo unos segundos.

—¡Bu! —le asusté en su lugar. Ella gritó del susto y se agarró desesperada al pomo de la puerta. Aquello me dio la pista.

—Eres una sinvergüenza —me recriminó nerviosa—. ¿Qué haces despierta tan pronto? ¿No era tu día libre?.

Las preguntas salieron como una ametralladora de su boca mientras su mano seguía aferrada al pomo de la puerta como golum a aquel anillo.

—He madrugado —le dije mientras me acercaba para ponerla más nerviosa aún—. Y he visto a alguien en tu cama.

—¿Qué? ¡No!

Qué fracaso. Violeta era una moralista. Una mujer incapaz de mentir. Incapaz de ocultar algo tan importante como que había pasado la noche con alguien. Pero el problema no era ese, jamás nos había ocultado nada relacionado con los tíos, era mojigata aunque no hasta un punto de sentir vergüenza por tener una aventura. Y ahí estaba el problema: si no era lo que había hecho, ¿era el con quien?. Mi curiosidad se despertó mucho antes que el resto de mi cuerpo a pesar de llevar despierta una hora.

—Hay alguien Viole —sonreí al decirlo para suavizar la situación, para ablandarla—. Mis ojitos no fallan. ¿Quién es? ¿Le conozco? ¡Dímelo!

Como las locas empecé a darle codazos.

—No hay nadie pesada, estás trastornada por eso me acosas a las nueve de la mañana.

[COMPLETA] No lo llames amor, llámalo Derek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora